Las 10 personas que fueron detenidas anteayer por hechos de fraude con maniobras inmobiliarias llegarán hoy a audiencia oral y pública ante la jueza Mónica Lamperti. Por otro lado, el Ministerio de Seguridad confirmó el pedido de captura para el gerente general del diario La Capital, Pablo Abdala. Además, se dio a conocer qué abogados defenderán a los acusados “de guante blanco”, como los calificaron desde el Ministerio de Seguridad. Los ex ministros de Justicia del socialismo, Héctor Superti y Juan Lewis, representarán al agente bursátil Jorge Oneto y al escribano Luis María Kurtzeman, respectivamente; mientras que Carlos Varela y Adrián Martínez serán patrocinantes de Leandro “Lelo” Pérez y Marcelo Jaef. Ignacio Carbone defenderá a Jhonatan Zarate, quien figura en causas del viejo sistema penal con el escribano Eduardo Torres y el vendedor de autos Roberto Aymo, que será representado por Hugo Leguizamón, al igual que Ramona Isabel Rodríguez.
Mientras el fiscal Sebastián Narvaja preparaba ayer las acusaciones que presentará hoy ante la magistrada, por delitos de asociación ilícita, falsificación defraudación, y alguna derivación con lavado de activos; el subsecretario de investigación criminal de la cartera de Seguridad, Rolando Galfrascoli confirmó a este diario que “únicamente Abdala aparece con pedido de captura y no está en el país”, pero se presentaría en las próximas horas.
Anteayer, doscientos cincuenta efectivos de la Policía de Investigaciones (PDI), personal de AFIP, Procelac, el Banco Central y la UIF participaron de una veintena de allanamientos ordenados por la jueza Mónica Lamperti. “La investigación comenzó por denuncias de propietarios a quienes les sacaron la casa por juicios fraudulentos, usurpaciones violentas o falsificación de documentos”, reveló Narvaja.
Ayer, se pudo saber que uno de esos hechos tiene que ver con el terreno de la familia de un ex camarista (ya fallecido) cuyo terreno estaba a cargo de un cuidador. El terreno vecino estaba en la misma situación cuando una mañana llegaron personas armadas en dos autos de alta gama y amenazaron al cuidador de esas hectáreas con que tenía tres días para irse. El hombre se fue y su vecino hizo lo mismo tras avisarle a la familia lo que había ocurrido. Tiempo después se supo que ese terreno ya había sido “vendido” varias veces a personas ahora investigadas por Narvaja
