Ocurrió en Escocia. Fabio, tal como lo habían bautizado, no cumplió con las expectativas de sus empleadores y fue cesado. Varios de sus compañeros, al enterarse de la noticia, lloraron. Los detalles de esta insólita historia, en esta nota
Un robot fue despedido por no atender de manera eficiente y cortés a los clientes en un supermercado de Edimburgo, Escocia.
Fabio, tal como lo bautizaron sus compañeros, debía contestar a las preguntas de los clientes y orientarlos con corrección y gentileza. “¿Dónde puedo encontrar una cerveza?”, le preguntaban, y la respuesta del autómata quedaba desubicada, descortés y poco útil: “En la sección de bebidas alcohólicas”.
Su carrera comenzó desde el inicio con una rápida declinación, como informó el diario británico The Telegraph.
El primer paso fue un descenso de categoría, pues su nueva tarea fue invitar a los clientes a degustar comidas, pero tampoco allí lograba competir con sus colegas humanos.
Mientras que los empleados de carne y hueso podían atraer cerca de 12 clientes en 15 minutos, Fabio apenas lograba acercar a dos.
“Desafortunadamente las prestaciones de Fabio no eran las esperadas”, dijeron al diario los propietarios del establecimiento. “Las personas lo evitaban”, lo que no pasaba con sus colegas de trabajo, algunos de los cuales lloraron al enterarse del despido de Fabio.
Una reacción que sorprendió al propio laboratorio de la Universidad Heriot-Watt de Edimburgo, que programó al robot.
“El episodio demuestra como siempre que resulta necesario programar a los robots sobre la base de las exigencias del ambiente y de las personas de su lugar de trabajo”, observó el experto en robótica social Filippo Cavallo, de la Escuela Superior Sant’Anna de Pisa.
“Se trata de programar los robots de manera de optimizar las prestaciones y prolongar el uso”, dijo Cavallo.