En la tranquila localidad de Alvear, en algún rincón donde el aroma de las tradiciones se mezcla con el calor del hogar, María de los Ángeles y su familia preparan algo más que un plato típico. Con manos expertas y corazones rebosantes de cariño, dan vida al locro más codiciado de la región, un verdadero tesoro culinario que ha conquistado los paladares más exigentes.
Hace unos cinco años, lo que comenzó como una idea casual se convirtió en un apasionante microemprendimiento familiar. “Nos pusimos a hacer locro como para un batallón”, nos cuenta María de los Ángeles entre risas. Y así, con el entusiasmo propio de quienes cocinan con amor, compartieron su creación en las redes sociales, sin imaginar la oleada de aceptación que les esperaba.
Cada Primero de Mayo y en cada fecha patria, la casa de María de los Ángeles se transforma en un santuario de sabores. Junto a su inseparable cuñada, ponen en marcha su mágica receta, heredada de la sabiduría culinaria de su querida suegra. “Fue algo que nos unió aún más como familia”, confiesa María, con el brillo de la gratitud en sus ojos.
Pero, ¿cuál es el secreto detrás de este locro que roba corazones? La respuesta es simple: calidad y dedicación. Con productos de primera línea, como la salchichita parrillera y los embutidos Paladini, cada ingrediente se fusiona en una sinfonía de sabores que deleita hasta el alma más exigente. Y para dar cabida a tanta delicia, no pueden faltar las ollas gigantes y los infaltables mecheros que adornan su cocina.
No es solo un plato de comida, es una tradición, un vínculo con las raíces y una invitación a saborear la autenticidad de lo casero. “Todo el mundo que lo consume nos dice que es el mejor locro que comieron”, nos confía María, con la modestia propia de quienes saben que el verdadero reconocimiento está en el corazón de quienes lo disfrutan.
En este Primero de Mayo, mientras el aroma del locro impregna el aire y la familia se reúne en torno a la mesa, recordemos que en cada bocado hay un pedacito del amor y la pasión de María de los Ángeles y su familia, quienes con su arte culinario nos regalan un verdadero festín para el alma. ¡Que viva el sabor de lo auténtico!