Pesa 300 kilos, está internado en el Hospitalito y pide que no...

Pesa 300 kilos, está internado en el Hospitalito y pide que no lo discriminen

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Tiene 28 años y está internado por orden judicial en el hospital Gamen. Empezó a subir de peso cuando murió su papá.

Sebastián Amaral tiene 28 años, pesa 300 kilos y desde junio del año pasado está internado en el Hospital Anselmo Gamen de Villa Gobernador Gálvez. Pero, dice, no la pasa nada bien: pide que lo traten como a un paciente con obesidad mórbida y no como a uno psiquiátrico. “Algunos de los que trabajan en el hospital me discriminan por mi condición de homosexual”, se quejó, además, de ese otro maltrato que dice sufrir. El joven ya pasó por un largo derrotero: una clínica especiada en obesidad a la que no pudo seguir costeando, y dos hospitales públicos en Rosario. En el segundo de ellos, relató, la mala atención lo llevó a presentarse en Tribunales, a partir de lo cual la defensora civil Alejandra Verdondoni ordenó su traslado –por “riesgo de vida”, puntaliza– al centro asistencial donde hoy se encuentra gracias también a las gestiones del anterior director del mismo, Adrián Rascón.

“Llegué a pesar 400 kilos. Después de la muerte de mi papá, hace cinco años, empecé a aumentar de peso. La comida era una anestesia para mí. Me expulsaron de muchas instituciones porque estaba muy depresivo”, contó Sebastián. El joven detalla que tiene una habitación equipada sólo para él: con televisión, computadora e internet. “Me robaron la notebook el jueves pasado de mi pieza. No me importa la computadora. Tenía fotos de mi papá, muchos recuerdos de él, necesito que me la devuelvan”, confió entre lágrimas.

Sebastián subrayó que hace varios años que está postrado en una cama. Ahora, en el hospital Gamen. Dice que la asistencia allí es muy buena, pero “algunos empleados” del efector, se lamenta, lo discriminan por ser homosexual. El joven contó que sigue un régimen de siete comidas diarias: desayuno, colación a media mañana, almuerzo, merienda, otra colación a media tarde, cena y post cena, y le dan una alimentación para diabéticos.

“La asistencia de los médicos es bárbara, pero algunos me discriminan. Estoy agradecido al hospital porque es el único lugar que me aceptó. Hay muchas falencias: tengo atención clínica, psicológica y psiquiátrica, pero no tengo un nutricionista. Tengo la atención de una psicóloga que trabajamos mucho porque necesito charlar y que me escuchen. Quiero salir adelante y que no me tiren piedras en el camino”, advirtió el joven.

Sebastián necesita bajar 50 kilos para poder operarse una de sus piernas porque tiene un lipoma –tumor benigno formado por la proliferación de tejido celular subcutáneo– y así poder seguir con su tratamiento.

Sebastián está cursando como alumno libre el 5º año del secundario en el Eempa Nº 1143 de Villa Gobernador Gálvez, y para cuando termine sus estudios tiene planeado seguir la carrera de radiología. Su deseo es superar la situación: “Quiero estar tranquilo, no vine a buscar amistades acá, vine a buscar un tratamiento, y algunos me están hostigando, me maltratan. Hay gente que se me tiró en contra”, concluyó Amaral.

En silencio

Desde la dirección del Hospital Gamen de Villa Gobernador Gálvez prefirieron no pronunciarse respecto del paciente internado con sobrepeso en el centro de salud. En este sentido, indicaron que a partir de hoy será la abogada Gabriela Galván la encargada de brindar información a los medios. “Queremos lo mejor para el paciente, entendemos que tal vez no sea lo óptimo para él mismo que esta situación tome conocimiento público pero es algo que no podemos evitar. Sí reiteramos que lo único que queremos es lo mejor para él”, expresaron los directivos.

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