El hecho ocurrió el 18 de octubre del 2007 cuando una máquina tragamonedas del Bingo Chivilcoy devolvió un premio de 999.000 pesos a un apostador y, en medio de un escándalo, la empresa no le quiso pagar aludiendo a que era un error del aparato.
El hombre, con la presencia del abogado del Bingo y los empresarios fue llevado a una oficina en donde le ofrecieron primero pagarle 10.000 y después 46.000 pesos, con el argumento de que era el máximo premio que pagaba esa máquina, según el sitio especializado eldial.com.
“No cabe duda que existió un aprovechamiento de un consumidor que estaba en una situación desventajosa”, dijo en su fallo la Sala Primera de la Cámara en lo Civil y Comercial de Mercedes conformada por Emilio Armando Ibarlucía y Laura Inés Orlando.
“La situación de estres y nerviosismo por la que atravesaba es perfectamente creíble. Había obtenido un importante premio y los directivos de la empresa no se lo reconocían. Hicieron que los acompañara solo a una oficina del establecimiento lejos de la sala, no les permitieron a sus abogados, a la escribana ni a sus familiares que estuvieran presentes”, indica el fallo de los camaristas Emilio Armando Ibarlucía y Laura Inés Orlando.
Además, apuntó que “en estas condiciones, sin asesoramiento letrado y en evidente inferioridad de condiciones, y ante el riesgo de perderlo todo, es entendible que haya aceptado el ofrecimiento y firmara el recibo”.
El fallo destaca que la conducta de las autoridades del Bingo “deja mucho que desear” y describieron que la aceptación del acuerdo se realizó “en un ambiente tenso e intimidatorio” .
“En condiciones de estrés y presión psicológica, e impedido de tener asistencia legal, aceptó la oferta, convencido de que luego podría reclamar la diferencia”, amplía el fallo.
