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Opinión editorial: Un paro sin fuerza, sindicalistas sin calle y Milei más cómodo que nunca

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Título: Un paro sin fuerza, sindicalistas sin calle y Milei más cómodo que nunca

Hoy, las centrales sindicales convocan a un paro nacional que, desde antes de arrancar, ya suena a trámite burocrático más que a grito de lucha. Lo que debería ser una medida fuerte, de esas que paran el país y levantan la voz del laburante, parece más una cáscara vacía. ¿El motivo? La desconexión total de muchos dirigentes sindicales con la realidad de la calle.

El paro llega devaluado. No por la causa —que sin dudas es legítima— sino por quiénes lo impulsan: dirigentes que hace rato no pisan un colectivo, no charlan con trabajadores en una fábrica ni saben cuánto cuesta un kilo de pan. Sindicalistas que parecen más preocupados por no romper su pacto de comodidad que por defender a quienes dicen representar.

Para colmo, se la hacen fácil a Javier Milei. El presidente capitaliza cada error, cada contradicción, cada gesto tibio del sindicalismo para reforzar su relato antipolítica y antisindical. Le dejan servida la narrativa de la casta. Y él, encantado.

Lo de la UTA es el ejemplo más gráfico: dicen que acompañan, pero no paran. Acompañan… ¿desde el bondi andando? Esa tibieza, esa estrategia de no quedar mal con nadie, es la que le resta potencia al reclamo general. En momentos donde hace falta decisión y coraje, eligen la comodidad del medio.

El resultado: un paro sin fuerza real, con gremios fragmentados, laburantes confundidos y un gobierno que observa el panorama sin mayor preocupación. Porque saben que, con estos referentes, el conflicto se gestiona fácil. No hay rugido, hay susurros.

El sindicalismo necesita un sacudón. Volver a las bases. Escuchar a los que se levantan a las 5 de la mañana, a las pibas que limpian oficinas, a los repartidores en bici. Porque si siguen así, le siguen haciendo la campaña al Gobierno sin quererlo. Y los trabajadores quedan, otra vez, a la deriva.

SEBASTIAN REPETTO

EDITOR 12NOTICIAS.TV

 

 

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