“Bolsonaro no toma en cuenta que ayer murieron 1.582 personas. Para él, estos muertos no valen nada”, dijo el expresidente brasileño, quien también cuestionó mantener en el cargo al ministro de Salud, Eduardo Pazuello.
El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula Da Silva abogó por la construcción de una alternativa a “este Gobierno genocida”, reivindicó el rol del personal sanitario ante la pandemia y reclamó un cambio de política monetaria “para cuidar la vacunación de la gente” y lograr un Estado que esté “en el lugar en el que la gente lo necesita”.
En una entrevista publicada en las últimas horas en su sitio oficial, Lula consideró que la situación “de caos y tragedia” que generó el Gobierno de Jair Bolsonaro hace “insostenible” la situación del país, por lo que es preciso “crear un antagonismo a un proyecto que está en contra del pueblo brasileño y que lo está llevando a la destrucción”.
“No es posible seguir con un Gobierno genocida como este, diciendo que no se puede usar mascarilla. Bolsonaro no toma en cuenta que ayer murieron 1.582 personas. Para él, estos muertos no valen nada”, lamentó el exmandatario.
El presidente actual aseguró esta semana que el uso de mascarillas para evitar el contagio de coronavirus puede tener efectos colaterales, como perjudicar la “percepción de la felicidad”.
Lula cuestionó además mantener en el cargo al ministro de Salud, Eduardo Pazuello, quien “comprende menos la salud y la logística, y promete una vacuna pero no la encarga”.
Lula reforzó la importancia del Sistema Único de Salud (SUS) y lamentó el desmantelamiento de una red de vacunación que, en su Gobierno, era motivo de orgullo mundial.
“Ahora, imagínense si no tuviéramos SUS. Quiero felicitar a todo el personal de salud, a los que trabajan ahí, que fueron masacrados durante mucho tiempo. Gracias a ustedes, esperamos sobrevivir”, remarcó.
El dirigente del Partido de los Trabajadores (PT) comparó la situación de pandemia con una suerte de estado de conflicto, en el que el Estado debería hacer lo posible por proteger a la población.
“Estoy a favor de aumentar la base monetaria, llevar dinero para cuidar la vacunación de nuestra gente y tomar otra parte para invertir en obras de infraestructura. Cuando termine la pandemia, hablaremos de economía. Pero primero vamos a ganar la guerra”, exigió, y juzgó que es hora de “luchar por restablecer la democracia y recuperar la autoestima de la población”.
Para el exdirigente metalúrgico, “es necesario que la gente vuelva a soñar, a tener esperanza”.
En otro orden, expresó que Brasil “no puede renunciar a su soberanía”, un concepto que para el expresidente “va desde la frontera terrestre, al espacio aéreo, a la frontera marítima, a la educación, la ciencia y la tecnología, a la industria, a la selva y la autoestima”.
Asimismo, volvió a rechazar la posibilidad de liberar la venta de armas en el país, iniciativa que impulsa Bolsonaro, “una figura grotesca” que quiere “crear una guerrilla, para enfrentar la democracia, como hizo Donald Trump en Estados Unidos”.
Finalmente, insistió en la necesidad de un Estado “en el lugar donde la gente lo necesita”, esto es en educación, alud, cultura y empleo.
“Cuando el Estado cumpla con sus obligaciones, habrá menos violencia, menos necesidad de un arma”, concluyó.