En el marco de un funeral de honor que tuvo lugar este lunes 2 de mayo en el cementerio El Salvador, los restos del conscripto Felipe Santiago Gallo, uno de los compatriotas muertos tras el hundimiento del crucero General Belgrano hace 40 años, fueron sepultados en el Paseo de los Ilustres de la necrópolis.
El homenaje fue organizada por la Municipalidad de Rosario, el Concejo Municipal y ex combatientes de Malvinas en coincidencia con el 40º aniversario del hundimiento del buque argentina.
Felipe Santiago Gallo era cabo electricista y se encontraba en la sala de máquinas del crucero Belgrano cuando a las 16:01 del 2 de mayo de 1982 fue blanco de dos torpedos disparados por el submarino nuclear Conqueror de la Armada británica. Gallo, quien murió dos días después, fue uno de los 323 argentinos que murieron por el ataque.
Durante el acto fue descubierto el monolito que marca el sitial de honor en el Paseo de los Ilustres donde fueron depositadas las cenizas del soldado, quien se convierte así en el primer ex combatiente en ocupar un espacio en ese espacio. Cabe recordar que en el Paseo de los Ilustres de El Salvador se encuentran los restos de diversas personalidades que hicieron grande a Rosario, como Lisandro de la Torre, Ángel Guido, Juan Manuel Caferrata, Juan Grela, Juana Elena Blanco, entre otras y otros.
El intendente Javkin comenzó su mensaje con una reflexión: “Las ciudades se hacen con los ejemplos, con las trayectorias; hay gente muy diversa en este Paseo de los Ilustres, éste no es un paseo de la aristocracia y nada es más importante en este paseo que el lugar de Felipe, porque será aquí donde descansen los restos de este héroe de Malvinas”.
“Malvinas nos enseña a todos cuán injusto y duro es el olvido, pasaron 40 años para este homenaje y esta es la responsabilidad que tenemos todos sobre Malvinas”, señaló, para seguidamente afirmar: “Frente al olvido está la memoria y la memoria es la acumulación de ladrillo sobre ladrillo, a la cual hoy sumamos este”. En este punto, el intendente pidió seguir el ejemplo de los ex combatientes “que siguen sumando ladrillos cocinando para la gente en situación de calle, para que nadie se olvide de los que están en la calle”.
Para cerrar sus palabras, el titular del Ejecutivo local reiteró su pedido: “Frente al olvido, más memoria”, a la par que expresó emocionado: “Esta ciudad, Felipe, espera estar a tu altura”.
A su turno, Rubén Rada, en representación de los soldados ex combatientes de Malvinas, recordó que “el imperio necesitaba la guerra”, consideró que hablar de Malvinas “nos une” y afirmó: “Por supuesto que tenemos que negociar, porque ese es el camino, pero siempre de pie, hoy a 40 años”. Más adelante remarcó: “Hoy estamos recordando a un pibe que tuvo una cualidad necesaria para esta época: cumplió la palabra empeñada. Gallo juró por la bandera de Belgrano y Gallo cumplió, entregó lo más preciados que tenía, su vida”, para luego exclamar: “Felipe, honor y gloria, y gracias por el ejemplo que diste”.
Pedro González, suboficial retirado, era parte del equipo que aguardaba en tierra y recordó que todos sus compañeros estaban esperando que Gallo sobreviva: “Salían médicos del Hospital Naval Ushuaia desesperados, buscando sangre para que viviera, porque él quería vivir y había prometido defender a su patria”. “Felipe era un niño grande, un ser humano espectacular, un compañero que tuve el gusto de tener y él cerró el libro de su vida con la sangre que derramó por esta patria. Honor y gloria por Felipe Gallo”, manifestó.
“Con Felipe compartimos algo muy especial”, expresó Rodolfo Cordiglia, suboficial mayor retirado y veterano de guerra, y continuó con su recuerdo: “Nos encontramos en Puerto Belgrano, nos abrazamos y él me hace mención de que había sido padre. Cuando hunden al crucero General Belgrano, él alcanza a salir a la cubierta y es rescatado por el destructor Piedrabuena. Debido a sus quemaduras lo llevaron en un helicóptero a tierra y a mí me tocó recibirlo”.
“Quizás en ese momento no lo conocí por las quemaduras que tenía en su cuerpo. Pero él sí me conoció, a pesar de como estaba, y levantó un dedo pulgar. Ahí recién lo ubique. Antes de fallecer, sus últimas palabras fueron para nombrar a su hijo: Santiago”, rememoró el veterano embargado por la emoción y la tristeza, y para cerrar su discurso le hizo entrega al hijo de Gallo, presente en la ceremonia, de una foto: “Esta foto tiene más 40 años, la saqué yo, era algo que tenía que hacer, entregarte esta foto de tu padre”.
Norma Gallo, su hermana, dijo unas palabras en representación de la familia y agradeció el homenaje: “El reconocimiento llegó después de 40 años, pero llegó, y nos sirve para cerrar una parte de nuestras vidas, con nuestros hermanos; gracias a todos los que lo hicieron posible”.
Por su parte, el secretario de Cultura y Educación de la Municipalidad, Dante Taparelli, contó: “Cuando me comentaron la necesidad de hacer este homenaje pensé que nosotros teníamos el enorme deber de poner en escena esta situación”, en tanto remarcó que Gallo es el primer soldado de Malvinas que descansa en el Paseo, donde el Municipio construyó un monolito, y las cenizas de su cuerpo, que fue cremado hace apenas tres meses, están allí en una urna.
A continuación, el funcionario dijo estar orgulloso “de la semilla que plantamos y que hoy devino en este enorme homenaje, en este respeto, en la emoción que se ve en este acto”, y cerró su alocución destacando la tarea social que desarrollan los ex combatientes: “En cada uno de los actos públicos, conmemoraciones patrias, en cada una de nuestras tragedias, nuestros soldados están presentes, poniendo el cuerpo”.
De la ceremonia participaron, además, de la presidenta del Concejo Municipal de Rosario, María Eugenia Schmuck y demás miembros de ese cuerpo; el diputado nacional Eduardo Tognoli, representantes del Centro de ex Soldados Combatientes de Rosario, además de familiares y amigos del soldado Gallo.
También se hizo presente una formación de la Armada Argentina a bordo del buque de guerra King, cuyos integrantes rindieron tributo al joven rosarino, así como el ex cabo Fernando Vitale, quien a bordo del patrullero ARA Piedrabuena tuvo la misión de rescatar a los soldados del buque que flotaban a la deriva en balsas en el Atlántico sur.
