Tres funcionarios del gobierno de Antonio Bonfatti defendieron la designación del nuevo jefe de la Unidad Regional I, comisario Juan Pablo Garro, quien en 2006 fue separado de la fuerza e investigado por una denuncia por supuesta “discriminación” y el hallazgo en su despacho de “un cuadro con un águila, una persona uniformada con rostro de calavera y una cruz esvástica”. Aunque después la causa judicial y el sumario interno terminaron en el archivo. El secretario de Seguridad Pública Gerardo Chaumont, el ex jefe de gabinete del ministro de Seguridad y hoy su delegado personal en el Nodo 3, Miguel Angel Picca y el director de Asuntos Internos, Julián Aranda, coincidieron que aquel antecedente no impidió el ascenso de Garro. “Si no está imputado o condenado puede estar en la Policía de Santa Fe”, lo justificó Chaumont.
Garro y su segundo, Adrián Rodríguez, asumieron el miércoles el mando de la Unidad Regional I en reemplazo de sus colegas Sergio Vergara y Sergio Fernández, ambos imputados por el fiscal federal Walter Rodríguez en una causa que investiga el tráfico de estupefacientes en Arroyo Leyes, donde apareció un camión semirremolque con más de una tonelada y media en un container.
En principio, el gobierno de Bonfatti había licenciado a Vergara y Fernández y designó a un jefe interino, el comisario Rubén Cabral, pero anteayer se produjo el recambio en medio de otra crisis de inseguridad. Fue en el último día del año más violento en la historia de Santa Fe: 153 homicidios en 2014, una tasa de 30 homicidios cada 100 mil habitantes, entre la más alta del país.
Otro hecho llamativo fue el nombramiento de Garro, quien hace ocho años, en 2006, cuando era subcomisario y jefe del Grupo de Operaciones Especiales (GOE) de la Unidad Regional I, quedó en disponibilidad por una denuncia por supuesta discriminación y el hallazgo en su despacho de un cuadro con símbolos nazis.
Chaumont dijo ignorar aquella denuncia y hasta le restó importancia. “Desconozco esa denuncia, pero si no fue imputado o condenado, puede estar en la fuerza”, dijo.
El director de Asuntos Internos, Julián Aranda, recordó que Garro fue denunciado por uno de sus subordinados y derivó en un sumario administrativo y una causa judicial que tramitó el ex juez de Instrucción de la 8ª nominación, Jorge Patrizi, hoy vicepresidente del Colegio de Jueces del nuevo sistema penal. “A pedido del juzgado, se reunió una serie de documentación que fue elevada al juez interviniente. Desde la Dirección hicimos un seguimiento de la causa judicial, que ni siquiera llegó a tener una instancia de juicio. La causa fue archivada; ésa fue la resolución. Y el sumario administrativo, al no haber una definición de la justicia, acompañó esa decisión (de archivar)”. En ese momento “se evaluaba una posible falta administrativa y en la causa judicial, un posible ilícito. Pero bueno, el juez por entonces decidió el archivo de la causa”, agregó
En la misma línea, Picca justificó la designación de Garro. “¿Tuvieron en cuenta sus antecedentes?”, le preguntó un colega. “Sí, se revisó su foja de servicios, se consultó con la Dirección de Asuntos Internos y la Secretaría de Control” a cargo del abogado Ignacio Del Vecchio “La trayectoria de Garro amerita que pueda asumir este cargo, sin inconvenientes”, explicó. Picca acompaña a Lamberto desde que éste asumió como ministro de Seguridad, fue su primer jefe de gabinete hasta octubre de 2012, cuando quedó al frente de la Secretaría de Control de las Fuerzas de Seguridad, tras el escándalo que desató la detención del ex jefe de Policía de la provincia, Hugo Tognoli. Y en mayo de 2014, se convirtió en su delegado personal en el Nodo 3.
En setiembre de 2006, el diario El Litoral informó que un subalterno de Garro lo denunció por haber recibido agresiones verbales por el color de su piel y por estar casado con una mujer judía. El entonces jefe de la Unidad Regional I, Juan Hek lo desplazó de su cargo al frente del GOE para investigarlo.
