A menos de un mes para las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias la clase política no pudo garantizar el servicio de colectivos en la ciudad de Rosario.
Mientras el twitter arde, y los políticos de distintos partidos y espacios se tiran la pelota unos a otros, a la clase trabajadora se le complicará la vida para ir a trabajar, para ir al médico, para realizar trámites personales y como si fuera poco para ir de compras, lo que afectará notablemente a numerosos comercios: “Todos pierden”
Igualmente siguen colgando pasacalles y ensuciando la ciudad con cartelitos de polyfan y flyers medio A4, los vecinos de la ciudad que ya pagaron los viajes en sus tarjetas prepagas, ya sea MOVI o SUBE, se quedarán a pie en un conflicto que parece que sólo se remienda pero nunca se soluciona.
Argentina no es un país federal, que Dios solo atiende en Buenos Aires, son parte de las frases que los rosarinos ya conocen de memoria, hasta el momento la solución no llega.
La realidad es que la gran mayoría de los funcionarios y candidatos no viajan en colectivo: En algún momento una ex intendenta, hoy también candidata, se subió a un bondi para la foto, pero hoy eso quedo en el recuerdo y en viejas fotos de la red social Facebook.
En una ciudad de Rosario, donde el paro de colectivos es simultáneo a un paro en repudio a la violencia urbana y a la situación en Jujuy, la urbe va a quedar paralizada mientras los políticos siguen posando para la foto algunos sonriendo y otros con cara de indignados.
EL EDITOR