Una jornada caliente y no sólo por el clima se vivió en la última audiencia de la primera parte del juicio a Los Monos, en la que dos policías realizaron picantes declaraciones que apuntaron hacia las máximas autoridades en materia de seguridad de la provincia.
Por un lado Gustavo “Gula” Pereyra, ex integrante de la disuelta Secretaría de Delitos Complejos, declaró que había bandas narcos que pagaban a políticos y funcionarios para operar en Santa Fe.
Concretamente se dirigió al actual ministro de Seguridad (y por entonces diputado provincial), Maximiliano Pullaro, y Alejandro Druetta, actual titular de Inteligencia de la PDI (por entonces jefe de la ex Drogas Peligrosas en Venado Tuerto).
Según sus declaraciones, ambos cobraban unos $200 mil de parte de una banda narco cordobesa que trasladaba la droga por Santa Fe hacia Buenos Aires, previo paso por Venado Tuerto. Para ratificar sus dichos, mostró un cuaderno de anotaciones que había escrito de puño y letra con sus nombres e indicaciones al respecto que le habían suministrado sus superiores.
Sus superiores eran los encargados de Delitos Complejos, Ana Viglione y Andrés Ferrato, ambos imputados por falso testimonio en el marco de la investigación contra la banda.
La acusación de Pereyra se enmarca en lo que él definió como una “feroz interna policial” entre un sector que buscaba recaudar dinero, y otro que apuntaba a trabajar sin recaudar. “Ganó el primero y se sacrificó a los peones”, manifestó en la audiencia.
El objetivo supuestamente era perseguir a Los Monos para limpiar la zona sur y así preparar el desembarco de Esteban Alvarado y Luis Medina como proveedores de droga.
Precisamente en la jornada de este jueves, otro de los testigos habló en torno a cierta protección policial que se le brindaba a Medina, el narco asesinado a fines de 2013. Según declaró, cuando él se opuso, lo desplazaron de la fuerza y le balearon la casa. Hoy trabaja como empleado de seguridad de La Siberia.