Lanús hizo historia esta noche en su Fortaleza clasificando por primera vez a una final de Copa Libertadores a lo grande, venciendo a River por 4 a 2 después de ir perdiendo por 2 a 0 y tras haber caído por 1 a 0 en la ida, como para hacer más grande y brillante aun esta página de gloria que quedó como una de las grandes jornadas del fútbol argentino.
El partido se jugó como una verdadera y decisiva semifinal de Copa Libertadores, con dos equipos buscando el gol desde distintas posturas, inversas respectos del juego de ida, cuando River fue el que propuso y Lanús el que esperó.
En esta oportunidad Lanús salió a revertir el 0-1 con que comenzó este enfrentamiento de 180 minutos y no solamente manejó la pelota, sino que además tuvo un par de ocasiones concretas como para abrir el marcador, especialmente un cabezazo ajustado de Maximiliano Velázquez, que le ganó en el salto a Milton Casco y el balón se fue rozando el palo izquierdo del arco defendido por Germán Lux.
Después fue Lautaro Acosta el que estuvo cerca entrando por izquierda pero obturó el guardavallas riverplatense, dejando en claro que las condiciones iban a cambiar absolutamente respecto de aquel primer encuentro, pese a que en el primer tiempo eso no iba a traducirse en el marcador, sino todo lo contrario.
Es que en el cuarto de hora un Diego Braghieri que ya se veía nervioso antes de comenzar el encuentro, cometió una torpeza al cargar desde atrás a Ignacio Fernández dentro de su área y fue claro penal que Ignacio Scocco tradujo en la apertura del tanteador y en el octavo de su cosecha personal en la Libertadores, alcanzando al boliviano Alejandro Chumacero con la misma cantidad de conquistas.
Pero eso no iba a ser todo, porque cuando todavía no había asimilado el impacto, antes de los 25 minutos llegó el segundo de River con un cabezazo de Jorge Montiel, que así debutó en la red con la camiseta riverplatense, tras tomar un rebote luego de una pelota parada bien ejecutada por Gonzalo Martínez.
Esos dos mazazos parecieron impactar tanto en la gente como en los futbolistas de Jorge Almirón, que desconcertados, no atinaron a buscar inmediatamente la recuperación, algo que pudo resultarle prematuramente fatal para los dueños de casa cuando una mano de Maximiliano Velázquez dentro de su área estuvo a punto de derivar en un nuevo penal, pero el árbitro colombiano Wilmar Roldán no recurrió al VAR como se lo requería el entrenador riverplatense Marcelo Gallardo.
Lanús recién reaccionó sobre el final de la etapa, cuando el inclaudicable José Sand descontó casi sin segundos en el reloj ni para sacar del medio.
Y cuando antes del minuto del segundo período otra vez apareció Sand para poner la igualdad, entonces empezó a gestarse la hazaña ‘granate’ y el descalabro riverplatense, que no pudo soportar ni futbolística ni anímicamente la superioridad de su adversario.
Lanús necesitaba hacer dos goles más, lo que no era poca cosa, pero entonces afloraron todas las debilidades de su defensa, que fueron aprovechadas por el incansable y muchas veces incontenible Acosta para quedar a un paso de la gloria apenas superado el cuarto de hora con la tercera conquista lanusense.
Y 10 minutos más tarde apareció el VAR para hacer más épica la victoria local, cuando Montiel tomó dentro del área a Nicolás Pasquini y lo derribó, pero en primera instancia Roldán ignoró la infracción, hasta que le avisaron y pidió video referencia para cobrar la pena máxima que pidió el uruguayo Alejandro Silva aunque Sand estuviera a su lado, y su ejecución llena de jerarquía selló la victoria.
Y el hecho de que haya sido un uruguayo el que señaló la victoria hizo recordar en el tiempo aquella final que River perdió también 4-2 frente a Peñarol, de Montevideo, después de ir ganando también 2 a 0, en 1966, cuando el técnico era Renato Cesarini. Ese día el Millonario pasó a ser “gallina”, cuando a la jornada siguiente en el torneo local, los hinchas de Banfield les arrojaron tres de esas aves al campo de juego en su cancha del sur.
Paradojas del destino, esta noche fue el clásico rival moderno del Taladro, Lanús, el que repitió una historia que quedó grabada a fuego en las páginas épicas del fútbol argentino, llegando además por primera vez a la final de una Copa Libertadores para hacer más glorioso este último día de octubre de 2017 que en Arias y Guidi nunca se olvidará.
Para la próxima instancia acecha Gremio, de Porto Alegre, que en Ecuador le ganó 3 a 0 a Barcelona y mañana definirá en Brasil. Lanús definirá como local en cualquier caso para la final, pero esa será otra historia dentro de la misma historia.
Síntesis
Lanús: Esteban Andrada; José Luis Gómez, Rolando García Guerreño, Diego Braghieri y Maximiliano Velázquez; Román Martínez, Iván Marcone y Nicolás Pasquini; Alejandro Silva, José Sand y Lautaro Acosta. DT: Jorge Almirón.
River: Germán Lux; Gonzalo Montiel, Jonatan Maidana, Javier Pinola y Milton Casco; Gonzalo Martínez, Enzo Pérez, Leonardo Ponzio y Ariel Rojas; Ignacio Fernández; Ignacio Scocco. DT: Marcelo Gallardo.
Goles: en el primer tiempo: 16m. Scocco (R), de penal, 24m. Montiel (R) y 45m. Sand (L). En el segundo tiempo: 43s. Sand (L), 16m. Acosta (L) y 26m. Silva (L), de penal.
Cambios en el segundo tiempo: 10m. Carlos Auzqui por Enzo Pérez (R), 27m. Leandro Maciel por Román Martínez (L) y Nicolás De la Cruz por Ariel Rojas (R), 38m. Nicolás Aguirre por Silva (L).
Amonestados: Braghieri, Andrada y Román Martínez (L). Maidana, Rojas y Montiel (R).
Incidencia: 45m. del segundo tiempo expulsado Ignacio Fernández (R).
Cancha: Lanús.
Árbitro: Wilmar Roldán (Colombia)