La presidenta de Brasil y candidata a la reelección anticipó que el ministro de Hacienda renunciará el año próximo, por una decisión del propio funcionario, y dijo que no tenía “la mínima idea” sobre el pago de sobornos a partir de contratos de Petrobras.
La salida de Mantega era una especulación que circulaba ya desde la semana pasada, a partir de la frase de Rousseff “nuevo gobierno, equipo nuevo”, que pronunció durante un encuentro con empresarios.
En una entrevista que concedió a O Estado de Sao Paulo, transmitida por internet, la mandataria confirmó que el ministro no seguirá en el gabinete en un posible segundo mandato presidencial, pero aseguró que la decisión en este sentido no fue suya.
“Guido ya me comunicó que no tiene posibilidades de quedarse en el gobierno en un segundo mandato por razones personales, que les pido a ustedes respetar”, expresó.
Mantega fue ministro de Hacienda desde 2006, cuando el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva ejercía su segundo mandato. De 65 años, ahora es el centro de algunas críticas por el alto nivel de la inflación (6,5 por ciento anual) y la recesión en que técnicamente ingresó el país.
Según las últimas encuestas, Rousseff marcha primera en las preferencias de los brasileños para los comicios del 5 de octubre, aunque por un margen muy pequeño sobre la ambientalista Marina Silva, candidata del socialismo tras la muerte en un accidente aéreo de Eduardo Campos, y los mismos sondeos dan ganadora a la opositora en una eventual segunda vuelta, que se realizará el 26 de octubre.
En la entrevista, Rousseff afirmó además que no tenía “la más mínima idea de que alguien dentro de Petrobras” pagaba sobornos a dirigentes sobre contratos firmados por la firma petrolera, como denunció un ex director de la empresa.
El escándalo, que golpea la campaña de Rousseff a un mes de los comicios, se disparó cuando el ex director de la petrolera estatal Paulo Roberto Costa entregó a la fiscalía una lista de políticos oficialistas que recibían 3 por ciento de comisión sobre el valor de cada contrato firmado durante su gestión en la empresa, entre 2004 y 2012.
Preso desde marzo acusado de nexos con una red de lavado de dinero, contrabando, narcotráfico, corrupción y evasión de divisas e impuestos, Costa aceptó facilitar informaciones a cambio de que se le reduzca la pena.
Rousseff calificó hoy de “aterradora” la denuncia, pero remarcó que las acusaciones todavía no fueron confirmadas por la Policía Federal y por el Ministerio Público.
“Yo recomendé al ministro (de Justicia) José Eduardo Cardozo que envíe un pedido a la policía federal diciendo que, si hay algún funcionario del gobierno (involucrado en las denuncias), a nosotros nos gustaría tener acceso a esta información para poder tomar medidas en base a informaciones oficiales”, explicó la jefa del Estado.