Una misa, música en vivo y gran cantidad de gente reunida en la esquina de Salta y Oroño le dieron marco este miércoles a la noche al renovado y enérgico reclamo de justicia que sostienen los familiares de víctimas de la peor tragedia de Rosario, al cumplirse el primer aniversario del hecho. Y más lágrimas, muchas, incontenibles.
Reclamos y más críticas
A su turno, algunos familiares de víctimas subieron para hablar desde el micrófono del escenario, con una pantalla gigante de fondo. Leyeron cartas o se expresaron directamente desde el corazón y desde la impotencia por que sienten que por ahora están lejos de tener justicia.
Uno de ellos fue Adrián Gianángelo, hermano de Débora, una de las chicas que perdieron la vida un año atrás. El joven es el mismo que lanzó cara a cara, por aquellos días, un desesperado pedido a Cristina Kirchner para que dedicaran todos los esfuerzos en buscar a las personas por entonces desaparecidas, mientras la presidenta recorría la zona del desastre.
La más dura fue Claudia Vaio, mamá de Santiago Laguía y una de las caras más visibles del reclamo. Sostuvo que lo que pasó fue “un crimen social, no una tragedia”. Agradeció por enésima vez a todas las personas que se solidarizaron este año y aquellas que trabajaron durante la búsqueda de cuerpos luego de la explosión y el derrumbe del edificio.
Destacó, especialmente, a los bomberos de Villa Gobernador Gálvez: “Ellos trajeron el agua –para combatir las llamas– porque los bomberos de Rosario tenían las mangueras pinchadas, mientras acá se jactan de ser la segunda ciudad del país. Vergüenza deberían tener la intendenta (Mónica) Fein y el gobernador (Antonio) Bonfatti”, fustigó.