El presidente de Bolivia afirmó que no sólo triunfó con más del 60 por ciento de los votos, sino que su fuerza, el Movimiento al Socialismo (MAS), alcanzó los dos tercios de las bancas de ambas cámaras.
“Los opositores planteaban, ‘ojalá que Evo no tenga los dos tercios’, tenemos los dos tercios. Decían, ’ojalá que haya segunda vuelta’, ganamos en la primera”, dijo el reelecto presidente boliviano, Evo Morales, en conferencia de prensa en el Palacio de Gobierno.
Al ser consultado por un periodista extranjero sobre qué significa ganar con la contundencia del 60 por ciento obtenido por Morales, el presidente respondió: “El mazazo se resume en los dos tercios del Congreso”, afirmó.
De este modo también aludió a lo que se constituyó en una de las consignas del triunfo, porque en la prensa estatal y afiches, escribieron: fue un MASazo”.
Morales señaló que si bien todavía no hay datos oficiales del Tribunal Supremo Electoral (TSE), “por primera vez en la historia de Bolivia un movimiento antiimperialista y anticapitalista” como el MAS ganó en Santa Cruz.
Reiteró, como anoche ante la multitud que festejaba en la Plaza Murillo, que ayer domingo “ganó un programa de gobierno, las políticas vigentes y la unidad del pueblo”
Un programa de gobierno, dijo, con una propuesta industrialista y orientada a reducir la pobreza, que tuvo el apoyo de los sectores sociales unidos, mencionó a la Central Obrera Boliviana (COB) y a los transportistas, anteriormente en la oposición, y a la confederación que integran las organizaciones afines al gobierno.
Morales también nombró, como parte de esa unidad popular, a la Federación de Juntas Vecinales, que se dicen independientes, e incluso a los colegios de ingenieros y abogados, así como “algún sector empresarial”.
Dijo que, por eso, desde su partido están “muy contentos”, reconoció que “no es fácil una nueva reelección” y que la victoria “se debe a la lucha de los movimientos sociales y del pueblo boliviano que supo reconocer los resultados” de su gestión.
“El pueblo sabe reconocer los resultados”, dijo el mandatario. “Qué importante habrá sido que la política esté al servicio -hasta eso hemos cambiado-. Cuando se presta servicio al pueblo, el pueblo apoya y la gestión no se desgasta”, agregó.
“La gestión se fortalece, nueve años de presidente y ganamos con el 60 por ciento, eso es gestión” dijo, y añadió: “Acá ganó la nacionalización, y esa es la profunda diferencia con algunos países incluso de la región”.
Morales señaló que las luchas sindicales, sociales y parlamentarias asumidas en las décadas de 1980, 1990 y parte del 2000 se reflejan actualmente en políticas estatales e internacionales que lleva adelante su gobierno.
“Los resultados de estas luchas ahora se convierten no solamente en políticas estatales, sino también en políticas internacionales”, afirmó el mandatario.
En relación al contundente triunfo que obtuvo por parte de la comunidad boliviana en Argentina, señaló: “Me ha sorprendido. En Argentina ganamos por goleada, sé que los dirigentes sindicales cooperaron, como hermanos vecinos que somos”, agregó.
Incluso bromeó que los bolivianos residentes en Argentina nos superaron a nosotros aquí, porque obtuvieron el 87 u 88 por ciento de los votos.
Ante otra pregunta sobre sus negociaciones con Chile, ahora con la presidenta Michelle Bachelet, por la recuperación de una salida al mar, el mandatario dijo que “hubo años de dilación”, en lo que pareció aludir también a los diálogos bilaterales con la jefa de Estado chilena en su primera mandato.
Ratificó luego su reclamo ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, pero dijo que “no descarta mantener un diálogo bilateral” con la presidenta Bachelet.
Consultado por si su llamado a trabajar juntos con la oposición en su próximo mandato incluye una amnistía para muchos de sus contendientes, la mayoría fugada del país, afirmó que “no corresponde la amnistía, sino que vayan ante la justicia”, pero sí señaló que Bolivia no quiere “confrontación”.
Con respecto a la posibilidad planteada por el candidato presidencial opositor Juan del Granado de retirarse de la política, porque con algo menos de 3 por ciento de los votos obtenidos podría perder la personería para su Movimiento sin Miedo (MSM), dijo que su ex aliado cometió un “error político” y que “manejarse con exagerada soberbia no sirve en política”.