El debate de candidatos a concejales dejó más dudas que respuestas: ¿Quién tiene realmente las soluciones para VGG?

Tato Bulsicco, defensor de la gestión municipal, se centró en mantener el statu quo, pero sus intervenciones carecieron de propuestas legislativas claras y concretas.

Su intervención fue un intento por consolidar la imagen de un gobierno que, según él, ha cumplido con su misión. No obstante, al centrarse exclusivamente en defender lo hecho hasta ahora, Bulsicco dejó de lado la necesidad de abordar los problemas estructurales que siguen sin solución. No presentó una visión que conectara con las expectativas de cambio de los ciudadanos. Su retórica se limitó a describir los "avances" sin detenerse en cómo superar los enormes desafíos que persisten, como la inseguridad, la infraestructura obsoleta y la falta de políticas públicas efectivas.

Nicolás Ramírez fue uno de los pocos que logró destacarse por su solidez en el debate. Mostró un conocimiento profundo de los problemas que afectan a VGG y presentó sus propuestas de manera clara y precisa. Su dominio de los temas fue evidente, pero al igual que Bulsicco, no logró ofrecer propuestas disruptivas que respondieran con la urgencia que la ciudad necesita. Sus intervenciones se centraron en un enfoque técnico, algo que puede resultar convincente para quienes buscan una gestión más eficiente, pero que no llega al corazón de los problemas estructurales de VGG. La ciudad no necesita solo un gestor eficiente, sino un líder capaz de proponer cambios profundos que rompan con la dinámica actual. Ramírez parecía más preparado para administrar que para transformar.

Pamela Moro: Una candidata en constante contradicción

La presencia de Pamela Moro fue uno de los puntos más tensos del debate. Su insistencia en la necesidad de una auditoría a la gestión municipal fue una constante, pero sus intervenciones se vieron empañadas por una falta de conexión con los temas clave de la ciudad.

En un momento, Moro afirmó erróneamente que "VGG no tiene un parque industrial", un dato que fue rápidamente refutado. Esta afirmación dejó en evidencia su desconocimiento de un tema esencial para el desarrollo económico de la ciudad. Además, la crítica constante sin ofrecer alternativas viables generó incomodidad en el resto de los participantes, especialmente en Charras, quien no ocultó su frustración.

La candidata de La Libertad Avanza pasó gran parte del debate más centrada en lo que no se ha hecho que en proponer soluciones efectivas. Si bien su discurso pudo haber calado entre aquellos que critican la gestión actual, sus propuestas carecieron de concreción y profundidad.

A lo largo de sus intervenciones, quedó claro que Moro no conocía en profundidad la situación local, algo que fue señalado por Jorge Murabito, quien no dudó en criticarla, mencionando que Pamela Moro "no vive en Villa Gobernador Gálvez" y, por lo tanto, carecía del conocimiento necesario para hablar con propiedad sobre los temas que afectan a la ciudad. Este comentario dejó al descubierto el desconocimiento de la candidata sobre varios aspectos clave de la realidad local, afectando la credibilidad de su discurso.

Juan José Gauna: La experiencia que no logra innovar

Juan José Gauna, con años de experiencia en la política local, habló con la autoridad que le da su trayectoria, pero sus intervenciones estuvieron marcadas por una desconexión con los problemas locales inmediatos. Si bien destacó la importancia de cuestiones internacionales como la deuda externa y mencionó a grandes corporaciones como Cargill, su discurso careció de propuestas claras para abordar los problemas de la ciudad. Hablar de temas globales, aunque relevante en un contexto más amplio, dejó la sensación de que Gauna se alejó de los problemas específicos que afectan a los vecinos de VGG. La ciudad necesita un líder que se enfoque en soluciones locales, no solo en los grandes temas internacionales que, aunque importantes, no solucionan el día a día de los ciudadanos.

Marcelo Opete: Seguridad sin visión integral

Marcelo Opete centró su intervención en la inseguridad, proponiendo un aumento en las cámaras de seguridad. Aunque esta medida podría ser útil en ciertos sectores, la propuesta de Opete no atacó las causas estructurales de la delincuencia. La seguridad en VGG requiere una política más profunda que contemple la prevención del delito desde una perspectiva social, educativa y económica. Las cámaras son un parche, no la solución integral que necesita la ciudad para enfrentar la creciente violencia.

CHARRAS Y UN FRIGORIFICO MUNICIPAL DE PESCADOS

Charras, por su parte, presentó propuestas más concretas que algunos de sus rivales, como la idea de crear un frigorífico municipal de pescados. Este proyecto, que podría generar empleo local y agregar valor a los recursos de la región, fue uno de los puntos destacados de su intervención.

Además, Charras habló del río como un recurso esencial para el desarrollo económico de VGG, proponiendo un plan para aprovechar su potencial de manera sostenible. Su enfoque en la seguridad y la integración social también se destacó cuando mencionó su trabajo en la iniciativa "Ni un pibe menos por la droga", un programa que busca combatir la violencia y la exclusión social a través de la prevención y la reinserción de jóvenes en situación de riesgo.

Aunque su discurso fue más cercano a las necesidades de la ciudad, no pudo evitar verse en algunos momentos algo aislado de las propuestas que realmente puedan transformar a la ciudad a corto plazo.

Jorge Murabito: Un enfoque hacia el pasado y comodidad en el formato de debate

Jorge Murabito, candidato por Activemos, se mostró cómodo en el formato del debate, pero su intervención estuvo más enfocada en el pasado que en el futuro de VGG. Aunque sus críticas hacia otros candidatos fueron claras, Murabito pareció más centrado en recordar lo que no se ha hecho que en presentar un plan concreto para el futuro.

 A pesar de este enfoque retrospectivo, Murabito demostró un sólido conocimiento sobre los problemas de la ciudad.

Su capacidad para recordar detalles históricos y señalar fallas en la gestión actual fue destacable, y aunque sus propuestas se centraron en un diagnóstico de lo que no se ha hecho, mostró tener un claro dominio de los temas. Sin embargo, al no enfocarse lo suficiente en el futuro de la ciudad, Murabito dejó la impresión de que se había quedado atrapado en un análisis del pasado, sin ofrecer soluciones prácticas para avanzar hacia el futuro.

En particular, su comentario sobre el desconocimiento de Pamela Moro de la realidad local, al señalar que "no vive en Villa Gobernador Gálvez", dejó en evidencia su incomodidad ante lo que él percibía como una falta de conexión de la candidata libertaria con los temas de la ciudad. 

A pesar de ser un buen comunicador, Murabito se centró más en el diagnóstico del pasado que en las propuestas para resolver los problemas de hoy y mañana.

La ausencia de Garavano: El “Eternauta” que faltó a la cita

Un hecho que no pasó desapercibido fue la ausencia de Garavano, el llamado “Eternauta” de la política local. Sin una explicación clara sobre su falta de participación, su ausencia en el debate dejó un vacío significativo. En un encuentro donde se discutían los problemas cruciales de VGG, su falta de intervención dejó muchas preguntas sin respuesta. En política, la ausencia también es una forma de comunicación

 Por último, el tema del agua, que afectó gravemente a VGG con una crisis hídrica reciente, apenas fue mencionado. La falta de propuestas claras para garantizar el acceso al agua y mejorar la infraestructura de la ciudad expone la falta de preparación de los candidatos frente a los problemas reales de la comunidad. Lo mismo ocurrió con las obras públicas, donde las propuestas fueron vagas y carentes de detalles sobre cómo se financiarían o qué sectores serían prioritarios.

 El agua y las obras públicas: Propuestas vagas y falta de concreción

El tema del agua, que sigue siendo una de las principales preocupaciones tras la crisis hídrica que vivió la ciudad, apenas fue tocado. Los candidatos no ofrecieron soluciones claras para garantizar el acceso al agua ni para mejorar la infraestructura hídrica. Lo mismo ocurrió con las propuestas de obras públicas, que fueron vagas y carecieron de los detalles necesarios sobre cómo se financiarían o qué sectores serían prioritarios. A pesar de que la ciudad necesita urgentemente estas mejoras, los candidatos no lograron presentar planes concretos.

La transmisión por YouTube, que debería haber sido un medio accesible para todos los vecinos, estuvo marcada por una serie de problemas técnicos y una evidente falta de preparación.

Se notó mucho la improvisación, y no es que faltaran recursos para ofrecer una calidad digna.

Si VGG quiere tener debates que realmente lleguen a la gente, será crucial que este tipo de detalles sean mejorados. La política no se hace solo en los discursos; también se construye en los gestos, en la organización y en el respeto a la audiencia.

Ojalá que este error sirva como un aprendizaje y que en el futuro se brinde una transmisión que refleje la seriedad de un debate que, aunque con limitaciones, debió haber sido mucho más profesional. 

Un debate lleno de promesas vacías y soluciones ausentes

Anoche, el debate de concejales en Villa Gobernador Gálvez no fue más que una exhibición de discursos vacíos y posturas defensivas. Los candidatos se quedaron atrapados en un mar de palabras sin contenido real, mientras la ciudad sigue esperando soluciones urgentes. ¿Cuándo veremos propuestas que no solo suenen bien, sino que realmente cambien el rumbo de VGG?

La inseguridad, el agua, la infraestructura obsoleta y la falta de propuestas legislativas que enfrenten los verdaderos problemas de la ciudad continúan siendo los grandes ausentes. VGG no puede esperar más. El futuro de la ciudad no se construye con promesas que se diluyen en el aire, ni con discursos que alimentan la esperanza sin cumplirla. Necesitamos un liderazgo fuerte, audaz y comprometido, que no tenga miedo de desafiar el status quo y asumir la responsabilidad de transformar la ciudad.

El verdadero desafío está en el horizonte. VGG merece mucho más que un debate sin respuestas. La gente quiere saber, con convicción, quién tiene el coraje de tomar las riendas de esta ciudad y llevarla al lugar que le corresponde. El tiempo de las palabras vacías ha terminado. Ahora es momento de actuar.