El refugio comenzó a funcionar en 2009, liderado por Wang Yanfang, una mujer de 60 años; financiado exclusivamente por las donaciones de generosos admiradores. No tienen días libres, siempre están junto a los perros callejeros abandonados que cuidan.
Una de las mujeres admite que los perros no siempre son amables, ya que en ocasiones reciben mordeduras. Sin embargo, eso nunca impidió que Wang siga queriendo cuidar de todos ellos. “Son como mis hijos, no puedo soportar estar separada de ellos, o perderlos.”
Este grupo de mujeres se dedica en cuerpo y alma a intentar que los perros callejeros abandonados de su localidad vivan un poquito mejor.