El Presidente realizó su último acto de campaña en la Ciudad de Buenos Aires, con el objetivo de alcanzar el balotaje en las elecciones del 27 de octubre.
El presidente Mauricio Macri cerró este sábado una multitudinaria marcha del “Sí, se puede” en la 9 de Julio, con la que buscó arengar a los militantes de Juntos por el Cambio de cara a las elecciones del domingo 27 de octubre. “No aceptamos que quienes destruyeron el país ahora nos digan con el dedo en alto que ellos son los que saben”, dijo desde el escenario montado en el Obelisco.
Con la denominada “Marcha del Millón” el Gobierno buscó dar una muestra de fortaleza con el objetivo de alcanzar el balotaje, tras la mala performance de su fuerza política en las PASO.
“Tenemos que dar vuelta la elección. Todos sabemos que el domingo 27 es la elección real y no es una elección cualquiera. Va a definir nuestro futuro por muchos años. Por eso hay que transformar esta energía en acción para convencer a aquellos que aún están dudando”, expresó el mandatario, acompañado por su candidato a vicepresidente, Miguel Ángel Pichetto y su esposa Juliana Awada.
Además, arengó a los simpatizantes del Gobierno a “no” quedarse “callados” frente a los que se “roban el futuro” y pidió “no caer en espejismos, en las mismas promesas vacías de los que tantas veces los defraudaron”.
“No nos vamos a quedar callados viendo como nos roban el futuro, ya lo vivimos muchas veces, con deditos, con atril, con canchereada, con soberbia, con esa forma de concebir el poder que muchos argentinos rechazamos. ¡Basta de eso!”, lanzó Macri.
En un discurso que apuntó directamente contra el Frente de Todos que encabeza Alberto Fernández, ganador de las primarias de agosto, el Presidente agregó: “No caigamos en espejismos, en las mismas promesas vacías de los que tantas veces nos defraudaron”.
“No aceptamos que los que destruyeron el país ahora nos digan con el dedo en alto que ellos son los que saben”, señaló el mandatario, en alusión a la gesticulación con el dedo índice que le reprochó a Fernández durante el debate del 13 de octubre.
El Presidente hizo también un mea culpa a su forma de ver la política durante su carrera en la función pública. “También tenemos que reconocer que somos una mayoría que muchas veces miró la política de lejos, pensando que nunca iba a cambiar, dejándolo todo en manos de unos pocos que se adueñaron del Estado y de lo público pero por suerte fuimos despertando. Esta es la rebeldía, pero la rebeldía de las personas de paz que no están dispuestas a que nos lleven puestas una y otra vez”.