Los dos fueron los encargados de bajar el telón de “Argentina celebra la obra de Gustavo Cerati”, especial musical sobre quien fuera líder de Soda Stereo, que se transmitirá el 22 de noviembre, Día de la Música, por la pantalla de La TV Pública.
Tras una jornada con gran amplitud rockera en los estudios de Tagle y Figueroa Alcorta por la que transitaron Ricardo Mollo, Fito Páez, Lisandro Aristimuño y Richard Coleman, entre más, irrumpieron en escena Charly y Benito.
Rodeados de teclados, sintetizadores y computadoras, García aprovechó para zapar y aportar una pizca de humor con su delirio artístico, en tanto Benito, respetuoso y paciente, acompañó al ex Serú Giran en sus versiones.
El dúo decidió embelesar la canción “Vampiro”, que si bien fue escrita por García y publicada en su álbum “Tango 4” (de Charly y Pedro Aznar) contó con la participación de Gustavo Cerati en guitarra, y junto a quien -además- compartió aquellas estrofas y acordes sobre distintos escenarios en varias ocasiones.
Los músicos recrearon una versión electrónica y espacial, invitando al infinito, y durante la cual resultó imposible no perderse en imágenes al escuchar la cálida voz de Benito o ver su tímida sonrisa, que ineludiblemente recuerda a su padre.
Anteriormente fue el turno de Julio Moura, guitarrista de Virus, quien en sus comienzos compartió más de una anécdota junto a los integrantes de Soda Stereo.
“Está muy bien el reconocimiento, pero el homenaje se debe hacer siempre”, expresó el guitarrista luego de interpretar una versión muy personal, desenchufada y profunda de “Un misil en mi placard”, incluida en el disco debut de Soda Stereo, lanzado en 1983.
El especial, iniciativa del Ministerio de Cultura de la Nación, de Planificación Federal, Radio Nacional Rock y la TV Pública, contó en la coordinación con familiares y amigos del fallecido artista.
Tweety González, ex tecladista de Soda Stereo, fue el productor del musical y compartió junto a Aristimuño y un cuarteto de cuerdas un bellísimo cover de “Ella usó mi cabeza como un revólver”, mientras que Mariano López, ingeniero de sonido de Soda, se ocupó de la operación técnica y del sonido.
El programa, conducido por un extrovertido y animado Gillespi, se inició con el dueto Ricardo Mollo-Leo García interpretando “Crimen”, mientras los Catupecu Machu observaban y disfrutaban a la par de los fanáticos de Soda reunidos en el estudio.
“Vamos Ricardo, arde esa guitarra”, le gritó Fernando Ruiz Díaz a Mollo entre pasada y pasada, reflejando lo que pensaba todo el estudio sobre la emotiva versión.
Ruiz Díaz junto a Sebastián Cáceres en guitarra, Macabre en teclados, Agustín Rocino en batería y Leandro Spátola, de la banda Sick Porky, en bajo, tocaron una versión muy punk de “Persiana americana”, que Ruiz Díaz pidió hacer dos veces con arreglos de palmas por parte del público.
Por su parte, los cordobeses de Rayos Laser recrearon, en decibeles desacelerados pero sin perder el funky, “Otra piel”, del disco “Ahí vamos”, y más tarde Leo García, acompañado sólo por su guitarra acústica, interpretó “Lago en el cielo”, del mismo disco.
En tanto Richard Coleman, músico que colaboró con Soda y también con Cerati en su etapa solista, compartió “Estoy azulado”, una hermosa canción que escribieron juntos en los años 80 cuando compartían el grupo Fricción.
Coleman le dijo a Télam que “me gusta tocar las canciones que escribimos con Gustavo, es una forma de regarlas, de cuidarlas y darles vida, además de mantener su espíritu y recordar su amor, talento y afecto”.
Luego Masacre, con Wallas al mando, se despachó con una rockerisima versión de “La excepción”, que ya había tocado en anteriores oportunidades con Coleman.
Sobre su relación con Soda, Charly, baterista del combo de rock alternativo, explicó que “aunque a nosotros se nos vinculó siempre con una escena más punk siempre admiramos a Soda y a Cerati, porque en los 80 Soda, Sumo, Virus y Fricción formaron parte de una oleada que marcó una ruptura muy fuerte en el rock argentino y algo parecido pasó con nosotros en los años 90”.
Luego el trío Eruca Sativa brindó una emotiva versión de “Corazón delator” del disco de Soda Stereo “Doble vida”, que devino en una balada power, con grandes arreglos del bajo de Brenda Martin y de la guitarra de Lula Bertoldi, siempre sostenidas por el golpe firme de Gabriel Pedernera.
“Zapamos alguna de las más funky como ‘Doble vida’ o ‘El ritmo de tus ojos’, pero Lula, que siempre lo admiró a Cerati, propuso ‘Corazón delator’. Hicimos dos o tres versiones sin arreglos y quedó muy buena, al punto que Tweety lloró emocionado al escucharla”, apuntó Martin.
Luego algunos de los integrantes de la última banda que acompañado a Cerati, compuesta por Fernando Samalea en bajo, Leandro Fresco en sintetizadores, Fernando Nalé en bajo y Rano Sarbach en guitarra como invitado, se despacharon con una emotiva versión de “Avenida Alcorta”, del disco “Amor Amarillo”.
Más tarde, Lisandro Aristimuño, junto a su banda y un dúo de cuerdas, pidió el acompañamiento de Tweety en teclados para una particular versión de “Ella usó mi cabeza como un revólver”, incluida en “Sueño Stereo”.
El cantautor sostuvo que “ese disco es muy Beatle, tiene un audio muy setentoso. Soda buscó ese sonido en los 80 y cuando se vuelve a reunir, lo encuentra nuevamente. Para mi ‘Sueño Stereo’ es el disco ‘Revólver’ de Soda Setero”.
En la maratónica jornada Fito Páez, junto a su guitarrista Diego Olivero, interpretó “Cosas imposibles”, del disco “Siempre es hoy”, en una versión muy aplaudida.
Sobre el motivo de elección de la canción, Páez relató que en una charla “Charly Garcia me dijo que Gustavo era un arquitecto musical y me gustó esa definición y esta canción cuenta eso, Gustavo trabajaba todos los instrumentos e iba construyendo una torre musical y poética”.
A su turno, Cuentos Borgeanos, la banda liderada por Abril Sosa, brindó una enérgica y emotiva versión de “Deja vu”, incluida en el último disco solista de Cerati, “Fuerza natural”.
“Para Cerati y también para nosotros esa es una de las funciones del artista, sacar belleza del caos, buscarle el lado hermoso a las cosas”, expresó Sosa.
Otra de las figuras que participó del encuentro musical fue el tecladista y vocalista Guillermo Beresñak, quien le dio su voz a una agradable versión de “El Rito”, canción contenida en el registro “Signos”, de 1986, y que, según expresó, “configura el punto de partida estético del cual salió nuestra banda”.
