Racing, campeón vigente y en busca de su primer triunfo en el semestre, y River Plate animaron en el Cilindro de Avellaneda una nueva edición del clásico más antiguo del fútbol argentino, donde el conjunto de Gallardo le dio una verdadera lección de fútbol al del Chacho Coudet.
Al inicio del partido, un error de Montiel en la salida propició el gol de Racing: iban tres minutos cuando Solari controló en el área un pase de Soto (que López dejó pasar con picardía) y definió ante la salida de Armani.
En un desarrollo parejo, con leve predominio de River, se destacó la movilidad de ambos en busca del arco rival. Aunque era el equipo de Gallardo el que más cerca de estaba de anotar. Y pronto los amagos se convirtieron en realidad.
River tuvo una ráfaga en tres minutos y lo dio vuelta antes del final del primer tiempo para irse al descanso en ganador. A la vuelta del vestuario, y con la expulsión de Sigali,el conjunto Millonario encontró los espacios para un festival de goles que fue acompañado por una gran producción colectiva e individual. ¿Racing? Reducido a su mínima expresión y con el “Chacho” en la cuerda floja.
