El terrible episodio tuvo lugar el mediodía del martes, cuando Leonela González (10) estaba almorzando como lo hacen varios chicos a diario en la escuela primaria N° 197, ubicada en la calle Juan de Alagón entre Céspedes y Riglos. Sorpresivamente, cuando la pequeña estaba comiendo, se atragantó ante la desesperada mirada de docentes y compañeritos, que nada pudieron hacer para salvarla.
La muerte de Leonela resulta incomprensible, habida cuenta de que no pudo implementarse algún tipo de mecanismo de RCP para salvarle la vida. De todos modos, el hecho está siendo investigado por autoridades policiales y judiciales. En tanto, Crónica se acercó hasta la institución para intentar dialogar con las autoridades al respecto, pero el colegio estuvo cerrado por duelo y nadie se encontraba allí para aclarar la situación de lo que pasó.
Lo cierto es que, en el velatorio de la nena (llevado a cabo en la Cochería Calderón, a escasos metros de la ruta 3 y la avenida Intendente Federico Russo), se vivieron momentos de sumo dramatismo y dolor, ya que familiares, compañeros y vecinos del barrio donde vivía Leonela se acercaron para darle la despedida en plena confusión por lo sucedido.
Tras el velatorio, los restos de Leo (como la llamaban sus amigos) fueron llevados al Cementerio Privado Jardín del Oeste (de la localidad de González Catán), donde sus más cercanos la despidieron con muestras de impotencia y desazón. A pesar del cerrado hermetismo que hay sobre el caso, fuentes calificadas aseguraron que todo fue muy sorpresivo y que el deceso de la menor se produjo en minutos, en medio de un escenario de desesperación y gritos.
Uno de los vecinos (que no quiso brindar su nombre) del lugar donde está ubicado el colegio primario comentó que “no podemos creer lo que pasó, porque la ambulancia fue llamada cuando pasó el hecho y tardó mucho en venir. Tampoco se entiende por qué alguien del colegio no agarró un auto o un remís y la llevó al hospital más cercano para que intentaran salvarla. Vinimos a pedir explicaciones y no nos atendió nadie”.