El PO emitió un comunicado para minimizar el accionar de Sebastián Romero, uno de los manifestantes que fue filmado atacando a la policía con fuegos artificiales durante las protestas contra la reforma previsional, el pasado lunes en la plaza “de los Dos Congresos”. El acusado, ex precandidato a diputado, que permanece prófugo, solicitó la eximición de prisión.
Para la izquierda, el pedido de detención contra Romero se trata de una “operación burda” para “presentarlo como un violento”. En ese sentido, desde la prensa Obrera indican que existe un “ensañamiento” contra el ex precandidato e insisten: “Rechazamos la criminalización de Sebastián Romero y de todos los luchadores”.
Además, en su afán de defender al manifestante, aclararon que en la Justicia “se valen de una fotografía en la que se lo ve lanzando un fuego de artificio de venta libre, apuntado a 45 grados”.
Así se expresaban desde prensa Obrera
“Por Comité Ejecutivo del Partido Obrero
Abajo la persecución a Sebastián Romero
Una fiscal pidió la detención de Sebastián Romero, activista obrero y militante del PSTU. Le atribuye los delitos de intimidación pública, daño, lesiones, resistencia a la autoridad y perturbación de una sesión del Congreso, entre otros. Las acusaciones podrían ir más lejos, por lo que insinuó el ex procurador y actual ministro de Justicia y Seguridad, Martín Ocampo, durante la conferencia de prensa que dio junto a Rodríguez Larreta, en la que le atribuyó a Romero una “casi tentativa de homicidio” (sic).
En una operación burda, el gobierno y sus alcahuetes pretenden presentarlo como un “violento”. Se valen para ello de una fotografía en la que se lo ve lanzando un fuego de artificio de venta libre, apuntado a 45 grados. Sebastián fue uno de los miles de trabajadores que se movilizaron este lunes para repudiar el saqueo jubilatorio pactado con los gobernadores y que rechazaron, con los medios a su alcance, la represión de la Policía de la Ciudad. Cuatro días antes, la Gendarmería había protagonizado una verdadera cacería en los alrededores del Congreso. La respuesta fue la manifestación de 200 mil trabajadores de este lunes, a pesar de la abierta capitulación de la CGT. Lo que ocurrió en la Plaza de los Dos Congresos fue una verdadera rebelión popular contra el saqueo jubilatorio. Los cacerolazos que se reprodujeron en todos los barrios de la Ciudad de Buenos Aires y en varias ciudades del interior al caer la tarde convalidaron esa rebelión.
El ensañamiento exhibido con Romero no tiene correlato con el encubrimiento oficial sobre los atropellos cometidos por la policía este lunes, respecto de los cuales Ocampo, Rodríguez Larreta y Macri no dijeron hasta ahora una sola palabra. Basta recorrer las redes sociales –que el gobierno monitorea regularmente para desarrollar tareas de inteligencia y, de paso, amedrentar a algún tuitero– para tomar nota de las barbaridades que protagonizaron los policías y su saldo brutal. Pero el gobierno ha dado carta blanca a los represores, una política que hasta ahora les costó la vida a Santiago Maldonado y Rafael Nahuel y preanuncia nuevas consecuencias trágicas.
Romero fue pre-candidato del Frente de Izquierda de Santa Fe en 2015 y delegado de la General Motors de Rosario hasta 2014; en marzo fue suspendido junto a otros 350 trabajadores por un acuerdo firmado entre la burocracia de Smata y la patronal. Sebastián se destacó como vocero de la lucha contra esas suspensiones fraudulentas.
Rechazamos la criminalización de Sebastián Romero y de todos los luchadores. Exigimos respuesta por todos y cada uno de los atropellos cometidos por la policía.
Abajo el robo a los jubilados.”
Pidió su exención de prisión
Mientras Romero sigue prófugo tras el pedido de captura ordenado por el juez federal Sergio Torres, el militante de izquierda presentó la exención de prisión para garantizarse de no quedar detenido una vez que se presente ante la Justicia.
Romero fue filmado disparando un arma “tumbera” el pasado lunes tras lo cual la fiscal Alejandra Mangano solicitó su detención y la misma fue avalada por el juzgado: hasta el momento no se dio con el paradero del acusado y se dispuso su captura.
Romero, de 32 años, vive en Rosario y trabajó en General Motors en Alvear. En la automotriz, se acercó a los representantes gremiales que no tenían vínculo con SMATA y llegó a ser delegado interno. Así forjó sus primeros pasos como activista.