El pontífice autorizó este viernes a la Congregación de las Causas de los Santos a publicar el decreto que aprueba el segundo milagro atribuido a Brochero, en el caso de una nena que se recuperó de lesiones que la habían dejado al borde de la muerte.
Según fuentes de la Santa Sede consultadas por Télam, existe una alta posibilidad de que la canonización que lo oficializará como santo se concrete “en octubre en Roma”
El primer milagro certificado de Brochero fue el de Nicolás Flores, que revirtió un cuadro inicial de posible “vida vegetativa” tras un accidente.
En septiembre del año pasado, una junta de siete médicos determinó que “no hay explicación científica” en el caso de la niña de San Juan, Camila Brusotti, recuperada de múltiples heridas que derivaron en un infarto masivo en el hemisferio cerebral derecho.
De esta forma se determinó su “segundo milagro” y se dio por cumplido el primero de los cuatro pasos que se necesitan para que el cura Brochero sea declarado santo, explicaron a Télam fuentes de la Santa Sede.
En noviembre, el proceso de canonización del beato argentino fue analizado por una junta de teólogos que certificó la “intercesión” del religioso en el suceso, es decir que el milagro alegado se realizó efectivamente mediante oraciones a él y no mediante oraciones simultáneas dirigidas a otro santo ya establecido.
Posteriormente, una junta de Obispos y Cardenales avaló a mediados de enero el segundo milagro atribuido al religioso argentino.
El cura Brochero (1840-1914) había sido declarado “venerable” por Juan Pablo II en 2004 y luego beatificado por Benedicto XVI a fines de 2012, pese a que el inicio de su causa había sido autorizado ya en 1967.
El primer santo oficializado por el Vaticano y nacido en Argentina es San Héctor Valdivielso Sáez, también conocido como San Benito de Jesús (1910-1934), que a los cuatro años fue llevado por sus padres a España donde fue ejecutado durante la Revolución de Asturias, previa a la Guerra Civil Española.
Fue beatificado el 29 de abril de 1990 por el papa Juan Pablo II y canonizado el 21 de noviembre de 1999 por el mismo pontífice.