Un Fito enojado retoma el sonido rockero en Rock and Roll Revolution

Un Fito enojado retoma el sonido rockero en Rock and Roll Revolution

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El músico acaba de editar su nuevo disco “Rock and roll Revolution”, con once canciones en las que vuelve a un rock and roll con guitarras al frente, mucha rabia y enojo, y donde la influencia de Charly Garcia está omnipresente, pero en la que además atraviesa todas las facetas del amor.

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Enojado, Fito se sentó junto a su nuevo coequiper Diego Olivero, ex integrante de la banda rosarina Killer Burritos, y decidieron recuperar el camino del rock and roll, siempre con la figura de Charly García como inspiración, al punto tal que una vieja foto suya, ilustra la tapa del álbum.

Para el sobre interno del CD, García y Fito volvieron a juntarse a escuchar el disco y allí se tomaron nuevas fotos, mientras disfrutaban unas copas de vino.

Para buscar este sonido más rockero, Fito prescindió de la tibieza de Dizzy Espeche y buscó como guitarrista al Bambino Gabriel Carámbula, al talentoso Mariano Otero en bajo, a Gastón Baremberg en batería, también rosarino y dueño de un beat poderoso y preciso.

El disco abre con la polémica “Rock and Roll Revolution”, donde salda cuentas con una ex pareja, pero también la emprende contra cierta ingenuidad y falta de lectura política de algunos sectores militantes. Más allá de la polémica, el sonido de la canción es poderoso, con las guitarras bien al frente, con un riff que recuerda a “I Love Rock and Roll” de Joan Jett.

Sin dudas este disco es de un tipo que va narrando la diferentes etapas del amor y pasa desde el enojo, el bajón y la depresión, al estado más feliz. Claramente este disco no tiene una destinataria, Páez juega con elementos de la literatura para meter recuerdos e imágenes de cada relación.

El material sigue con “Muchacha” una hermosa balada a piano y con un gran trabajo de Mariano Otero en el bajo y los coros de Debora Dixon y Juan Absatz. Es una canción dulce pero dolida, en la que la figura de Charly vuelve a aparecer en algunos acordes.

“Tendré que volver a amar” es sin dudas la continuación, de la hermosa “Al costado del camino” del disco “Abre”, es como la segunda parte. Fito recita a lo Lou Reed, salda cuentas con viejos adversarios como cuando dice “hay que tener cuidado con el Judas y el traidor/ porque te hacen sentir que el hijo de puta siempre sos vos”. Y reparte algunos conceptos sobre los riesgos de jugar en política como cuando dice: “y todo ese dinero mal gastado, aún no generó conciencia”.

Pero además fiel a su personalidad, Fito le pone el pecho a las balas y con su frontalidad se banca las criticas y los palos. También se descarga contra amores cuando recita “si algo sé de mi vida es que nunca le solté la mano a quien amaba/, sin embargo estoy tirado por haberme abierto tanto a quien confiaba”.

“La canción de Sybil Vane” abre en tonos graves a dos pianos y batería, con una atmósfera agobiante. Aunque Fito jura que está basada en “El retrato de Dorian Gray” de Oscar Wilde, ya que Sybill Vane se suicida como consecuencia del desdén del personaje.

Pero la canción tiene líneas duras y si alguna ex pareja de Páez se enojo con “Rock and Roll Revolution”, con esta canción, hasta las novias del colegio primario se van a sentir tocadas. La canción finaliza con Fito cantando crudo, reventado y las guitarras distorsionando todo.

“Ella sabe todo de mi” abre con el piano y Fito hablando y se convierte en la más romántica y optimista de las canciones en su inicio, donde destacan los arreglos corales que Fito comparte con Dixon y Absatz.

“La mejor solución” abre bien blusera, con el Bambino Carámbula, metiéndose en terrenos pantanosos con su Les Paul y sacándole dureza y suciedad para una canción de un hombre destruido por el desamor que quiere probar con suicidarse.

En su siguiente movida Fito rescata un clásico de Garcia “Loco, no te sobra una moneda?”, que fue incluida en el disco “Billy Bond and the Jets” del año 78 y donde tocaban Bond, García, David Lebón, Pedro Aznar y Oscar Moro. Todos los Seru Giran.

“Loco…” será un clásico festivalero para las nuevas generaciones, porque es verdaderamente fiestera y arengadora con menciones a Charly, Spinetta y a Pappo, mientras que el Bambino Carámbula vuelve a pelar su sangre rockera.

“Los días de sonrisas, vino y flores” fue compuesta entre Fito y Carámbula y es una hermosa medio tempo, en la que el dolor del amor vuelve al centro de la escena, pero esta vez Fito se viste de un rock star, que no sabe si esa noche, de tanto dolor, va a poder tocar junto a sus músicos. Mientras Carámbula embellece la canción con un emotivo solo, que se va yendo en un lento fade out.

En el álbum también aparecen “Hombre Lobo (yo)” -que cierra el CD- que abre con un piano hermoso, bien García, y Fito comienza entonando suave casi a capella, una hermosa letra, una gran historia, hasta que al final Paez aulla como un lobo hambriento en la penumbra.

“Arde” es una funky sucio y latino que recuerda los climas de “Tercer Mundo” en el que Fito homenajea a Juan Formell, el fundador del grupo cubano los Van Van, mientras que “Que te vaya bien” es un rockito funky, bien ochentoso, optimista, en la que Fito despide a un amor con buena onda, a caballito de su piano.

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