Dos de los tres ómnibus que integran la caravana que acompaña al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva en su gira por el sur de Brasil fueron baleados sin que se registraran heridos, informó el propio mandatario.
El propio Lula desde su cuenta de twitter manifestó: “La caravana del ex Presidente Lula del sur del país acaba de ser disparada por al menos tres tiros mientras vagaba-sin escolta policial-el tramo entre las ciudades de las Cataratas de Iguazú y las naranjas del Sur (PR). Dos buses fueron golpeados, nadie resultó herido”.
Además, manifestó que “lo que veo ahora es casi el surgimiento del nazismo. Si piensan que hacer esto nos va a asustar, se equivocan”.
La policía militar de Paraná, estado gobernado por Beto Richa, aliado del presidente Michel Temer, dijo que abrió una investigación y que ordenó la realización de pericias en los vehículos alcanzados por los disparos.
En toda la gira iniciada el 19 de este mes por los tres estados del sur del país, Rio Grande do Sul, Santa Catarina y Paraná, la caravana fue hostilizada en pequeños poblados por productores rurales identificados con el juez Sérgio Moro, a cargo de la operación Lava Jato, y el precandidato presidencial ultraderechista Jair Bolsonaro.
El domingo pasado, manifestantes opuestos a Lula arrojaron huevos y piedras a los colectivos y rompieron una ventana del vehículo en el que viajaba el exmandatario.
“Nunca vi algo tan salvaje como estamos viendo ahora, de un grupo de personas que esperan en las rotondas con palos, piedras, bombas de estruendo para intentar evitar que nuestra caravana llegue a su destino”, dijo Lula.
Lula agradeció al Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) por realizar las tareas de seguridad de la caravana del ex presidente.
El ex presidente se encuentra en el centro de la escena judicial y electoral.
Es el favorito para los comicios de octubre en las encuestas pero también fue condenado en dos instancias y el Supremo Tribunal Federal (STF, corte suprema) debe definir la semana próxima si acepta un hábeas corpus para evitar que cumpla una condena a 12 años y un mes de prisión.
Moro debe ejecutar la sentencia en caso de que el STF vote por eliminar la jurisprudencia de 2016 que indica, contrariando al texto constitucional, que un condenado en un tribunal colegiado puede ser detenido sin necesidad de que su caso agote todas las instancias judiciales.