Lo echaron de la disco y no se la bancó. Un sujeto, de 21 años, arremetió con su camioneta contra el club nocturno del que había sido retirado y estuvo a punto de provocar un desastre. Semejante locura terminó con 13 heridos. Cuando un hombre fue expulsado del boliche Blake, ubicado en Gravesend, al sur de Londres, Inglaterra, nadie pensó que quedaban a merced de un individuo dispuesto a cometer una masacre.
Es que, al irse, fue a buscar su camioneta y, sin preocuparse por las consecuencias, arremetió contra las instalaciones. El vehículo, una Suzuki Vitara, atravesó las protecciones a toda velocidad y terminó en medio de la pista. En consecuencia, 13 personas sufrieron heridas de distinta consideración, la mayoría tuvo fracturas, por lo que tuvieron que ser derivadas a centros asistenciales de la zona.
“Es un milagro que no haya habido muertos”, afirmó el oficial de policía David Chewter. Por su parte, el agresor fue detenido y fue acusado de intento de homicidio. En un principio se temió que el hecho se tratara de un acto terrorista, pero los investigadores rápidamente descartaron esa hipótesis.
Fin de la noche
El ataque obligó a los propietarios de Blake a suspender la velada y lamentaron el carácter “vengativo” del atacante y que sus acciones “impredecibles y egoístas” arruinaran “una gran ocasión para todos”. Por último, agradecieron tanto al personal como a sus “huéspedes” por la ayuda que brindaron para detener al hombre.