El pulso cotidiano de Olavarría sugiere un cuadro recargado de imágenes siempre cambiantes, que parece moverse al ritmo frenético de la actividad comercial apropiada de las calles céntricas. En ese primer impacto visual que entrega la ciudad, el entorno rural -donde sobresalen los cráteres perforados por las canteras y las formas oscilantes de la serranía de Tandilia- permanece al margen, como un detalle menor en un horizonte lejano, fijado en la amplia escenografía de la llanura bonaerense.
Es preciso caminar el casco urbano con la mirada atenta para indagar la epopeya de los pioneros debajo de cada piedra que sustenta los cimientos y terminar de entender que Olavarría, las colonias de su periferia y el ondulado relieve de las Sierras Bayas son las partes inseparables de una sola pieza, firmemente posada sobre el suelo cristalizado en la era Precámbrica, hace más de dos mil millones de años. Aquí se proponen diez circuitos posibles que recorren algunos atractivos de Olavarría y revelan el perfil menos difundido del sistema de sierras que emerge en el centro de la llanura pampeana.