Después de tres meses de profunda crisis política, la Comisión Electoral de Afganistán anunció hoy que el candidato Ashraf Ghani se impuso en las urnas y será el nuevo presidente del país, mientras que su principal rival, Abdullah Abdullah, encabezará un gobierno de unidad nacional.
Como había sido acordado entre los dos candidatos, el director de la comisión electoral, Ahmad Yusuf Nuristani, dejó fuera del anuncio cualquier referencia al porcentaje de votos que obtuvo cada uno, ya que éste fue el principal punto de discordia que hizo estallar la crisis y que llevó a Abdullah a denunciar “un fraude a escala industrial”.
Apenas unas horas antes del anuncio oficial, los futuros presidente y jefe de gobierno habían firmado en el palacio presidencial de Kabul el acuerdo que habían alcanzado ayer y que establecía la creación de un gobierno unidad.
Según este texto, el nuevo gobierno impulsará un cambio del sistema electoral afgano y, además, convocará dentro de dos años a la Loya Jirga (la asamblea tradicional del país) para modificar la Constitución nacional e incluir la figura del primer ministro, que reemplazará a la actual de jefe de gobierno, detalló la agencia de noticias EFE.
Los voceros de Ghani y Abdullah informaron hoy que la toma de posesión del nuevo gobierno se realizará el próximo 29 de septiembre.
Este anuncio pone fin a tres meses de parálisis política en Kabul.
Después de la segunda vuelta electoral, Abdullah, el favorito en las encuestas, se negó a reconocer la victoria de su rival y desató una nueva crisis política, en medio de un año muy complicado para Afganistán.
Afganistán atraviesa una de las etapas más sangrientas de los últimos tiempos. La causa inmediata es que el año pasado las fuerzas nacionales se hicieron responsables de la seguridad tras la retirada gradual de la misión de la OTAN, que terminará de irse a finales de 2014.
A pesar de la retirada de la OTAN, Estados Unidos ya anunció que mantendrá a unos 9.800 soldados en territorio afgano hasta finales de 2016.
Sin embargo, después de 13 años de ocupación y guerra, Washington quería evitar que el mundo viera a la misión de la OTAN retirar sus tropas en medio de una profunda crisis política que tenía paralizado al país.
Por eso, uno de los principales responsables de haber logrado un acercamiento entre los dos candidatos afganos fue el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, quien viajó en reiteradas ocasiones a Kabul en los últimos meses para encabezar e impulsar las negociaciones en persona.
Hoy, desde la Casa Blanca, celebraron la creación de un gobierno de unidad nacional y el supuesto fin de la crisis afgana.
“La firma de este acuerdo político ayuda a cerrar la crisis política en Afganistán y restaura la confianza”, sostuvo el vocero de la Casa Blanca, Josh Earnest, en un comunicado.
“Este acuerdo marca una importante oportunidad para la unidad y el aumento de la estabilidad en Afganistán”, agregó el funcionario.
En tanto, desde Bruselas, la jefa de la diplomacia de la Unión Europea, Catherine Ashton, también felicitó a Kabul por el nuevo gobierno.
“Este acuerdo reúne a los dos principales candidatos y a sus partidarios para garantizar una transición pacífica en el interés de todos los afganos”, señaló en un comunicado.
“Ahora es el momento de que todos afganos se unan para hacer frente a graves problemas económicos y de seguridad de Afganistán”, agregó.
Como deslizó la funcionaria europea, la creación de un gobierno y el fin de la crisis electoral es apenas un respiro en un país en donde la insurgencia armada sigue siendo fuerte y el gobierno, aún el nuevo que reúne a los dos candidatos con muy buenos vínculos con Washington, no controla porciones importantes del territorio.
Estimaciones conservadoras sostienen que unos 20.000 civiles afganos murieron en ataques, bombardeos y atentados desde la invasión de Estados Unidos en 2001.