Reeditan “La memoria de los ojos”, sobre la obra de Leonardo Favio

Reeditan “La memoria de los ojos”, sobre la obra de Leonardo Favio

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El libro “La memoria de los ojos”, que compila imágenes inéditas y numerosos artí­culos sobre la obra cinematográfica de Leonardo Favio, autor de filmes como “Juan Moreira” y “Aniceto”, fue reeditado con un nuevo prólogo, más páginas, más fotografí­as y un breve epí­logo con recuerdos sobre el artista fallecido en noviembre de 2012.05leonardofavio2

Esta nueva edición, que será presentada públicamente en septiembre en la nueva sede de Directores Argentinos Cinematográficos (DAC), propone un recorrido ineludible por la obra del célebre cineasta y cantante argentino que ofrece más de 200 fotografí­as de sus películas, a las que se suman nuevas imágenes cedidas por Marí­a Inés Teyssié, fotógrafa de “Nazareno Cruz y el lobo”.

El libro, que se sumerge además en cada una de sus obras mediante artí­culos que dan cuenta de las historias de producción, anécdotas de los rodajes y testimonios de los protagonistas, añade un prólogo del cineasta Julio Ludueña al que ya habí­a escrito el director de la Biblioteca Nacional, Horacio González, para su primera edición.

“Es un libro que recorre su obra desde la mirada de un grupo de periodistas de una misma generación, con la premisa de desmenuzar sus pelí­culas. Está la subjetividad de los autores, con la misma idea de reflejar la historia de cada filme de Favio y su contexto histórico y humano”, explicó a Télam el periodista Martí­n Wain, editor del libro y autor de uno de los artí­culos.

Wain destacó que la publicación “tiene valor patrimonial, y eso es algo de lo cual nos dimos cuenta en el proceso, porque realmente faltaba una obra que recopilara todo el material fotográfico de Favio. Nos costó tanto reunirlo que en definitiva nos dimos cuenta de que era necesario hacerlo, porque estaba todo desperdigado”.

Producido por La Nave de los Sueños y La otra boca, con el apoyo de la Biblioteca Nacional y el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), el libro se inició cuando Wain y sus compañeros de La Nave de los Sueños rescataron del olvido -estaba perdido y hací­a 46 años que no se proyectaba- el primer cortometraje de Favio, “El amigo”, filmado en 1960, y exhibieron una copia en la Biblioteca Nacional en junio de 2006, con la presencia del propio cineasta.

A partir de allí­, convocaron a periodistas y otros autores como Constanza Bertolini, José Marí­a Brindisi, Hernán Guerschuny, Mariano Kairuz, Paulo Pécora, Pablo Perantuono, Sebastián Ramos, Javier Firpo y el propio Wain, para escribir distintos artí­culos sobre las pelí­culas de Favio.

“Sus pelí­culas son obras en transición y este libro propone continuarlas. No se trata sólo de cambios recurrentes en su cine, sino también en su público, que se renueva con él como con ningún otro realizador argentino. Si cada filme se completa con los espectadores, a medida que nuevas generaciones se asoman a sus pelí­culas, éstas adquieren un nuevo significado”, opinó Wain.

Y añadió: “Cada generación de cineastas argentinos se acerca a su filmografí­a y la relee según sus circunstancias, y así­ siempre la modifica. No deja de asombrar la vigencia que tiene su obra. A pesar del paso del tiempo, sigue influenciando por igual a los nuevos realizadores”.

“Su filmografí­a es una obra siempre viva, en continua transición y transformación”, afirmó el periodista y también realizador, quien admira a Favio y lo considera “un trabajador incansable de la cultura, quien además se destaca porque ningún otro logró reunir tanto público y al mismo tiempo tanto prestigio.”

Para Wain, “Favio representa como artista a un sector muy grande del paí­s. Es el cineasta que más público llevó a las salas (rompió récords de taquilla con “Juan Moreira” y “Nazareno Cruz y el Lobo”) y creo que ese es su sueño cumplido: haber llenado las salas”.

“Era dueño de un cine con un realismo poético muy intenso. Se fue dejando una obra descomunal, un testimonio cultural y cinematográfico único. Era una figura múltiple. Tení­a la conjunción precisa entre sensibilidad popular y mirada culta. Se fue un gran poeta del cine”, afirma Fernando “Pino” Solanas en el epí­logo.

Mientras que Manuel Antí­n añade: “Fue un gran amigo, un gran cineasta que no olvidaré. Deja una marca de gran respeto y gran afecto porque con los años se convirtió en una figura ejemplar. En la universidad, los chicos lo veneran como la gran figura del cine argentino”.

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