En Rosario, Juan Pedro Aleart no esquiva palabras ni compromisos. Su fuerte crítica al kirchnerismo por el clientelismo y el mal manejo del Estado, especialmente en el sistema de salud pública, puso en evidencia una realidad que muchos prefieren ocultar.
¿Hasta cuándo se permitirá que el kirchnerismo siga llenando el Estado de “ñoquis” que viven a costa de los recursos públicos? Aleart, sin medias tintas, denunció la existencia de empleados improductivos que perjudican directamente la atención a los niños del hospital Garrahan, un emblema de la salud pública nacional.
“No le digo ñoquis a cualquiera, se lo digo a los ñoquis”, afirmó, y no dudó en señalar que este problema es un legado directo del kirchnerismo, “cinismo puro” que “llenó cada repartición del Estado”.
La raíz del problema: clientelismo y privilegios
Para Aleart, la problemática excede la gestión hospitalaria. Es una cuestión política y estructural. El kirchnerismo, según su visión, instaló un sistema donde la distribución de puestos estatales funciona como moneda de cambio para sostener un poder basado en privilegios y dependencia.
Este entramado no solo afecta la eficiencia del Estado, sino que también perjudica a quienes realmente necesitan respuestas, como los niños que dependen del Garrahan.
La ofensiva contra el status quo
La denuncia no cayó bien entre quienes defienden ese modelo. Aleart enfrentó una fuerte resistencia política y mediática que busca silenciar esas voces incómodas. Pero lejos de retroceder, el dirigente insiste: la única salida para Rosario y el país es “Libertad”.
“En Rosario están todos detrás de la carita de Monteverde y los únicos que podemos dejarlos en el pasado para siempre somos nosotros”, sentenció Aleart, marcando un claro contraste entre su postura y la del kirchnerismo.
Tres puntos clave que expone Aleart:
El kirchnerismo como responsable del clientelismo que inunda el Estado.
La necesidad urgente de terminar con los privilegios y los empleados estatales improductivos.
La defensa de la libertad y la transparencia como base para un cambio real.
Un desafío abierto para Rosario
El mensaje de Aleart es claro y desafiante: Rosario debe decidir si continúa tolerando un sistema que perjudica a los ciudadanos o apuesta por una renovación basada en la responsabilidad y el respeto a los recursos públicos.