Daniel Angelici, presidente del “Xeneize” confirmó que se le rescindió el contrato al “Virrey”. Dijo que “empieza un nuevo ciclo” y que “el club está por encima de los dirigentes y de cualquier entrenador”.
“Con todo el dolor del mundo decidimos por unanimidad todos los integrantes de la comisión directiva ponerle un final a este ciclo de Bianchi y rescindirle el contrato”, anunció el presidente de Boca, Daniel Angelici, en Casa Amarilla, en medio de una multitudinaria conferencia de prensa.
“Por la mañana me reuní con Carlos y después, por la tarde, lo hice con el resto de la comisión, porque me gusta escuchar a las partes”, reveló el titular “xeneize”.
Angelici admitió que “costó tomar esta medida. Mañana se hará cargo del entrenamiento el cuerpo técnico de la reserva y también decidiremos quien será el nuevo entrenador, porque no vamos a recurrir a ningún interinato”.
“Nunca vamos a dejar de sentir este cariño por Bianchi, pero consideramos que esta situación le estaba haciendo daño a él y al club”, apuntó.
“Seguramente en el futuro Carlos va a estar en la historia grande del club y espero que el hincha de Boca comprenda la decisión que tomamos en este momento”, expresó un atribulado Angelici, quien en la conferencia estuvo respaldado por el resto de la comisión directiva.
Al resaltar que no pretendía “seguir plebiscitando el tema”, tal como sucedió en su momento con el antecesor de Bianchi, Julio Falcioni, y teniendo en cuenta además el rechazo que provoca ya su nombre en el hincha boquense, sobre todo después del alejamiento de Juan Román Riquelme, el presidente “xeneize” salió a argumentar a su favor.
“Personalmente nunca pensé en dar un paso al costado, porque a mi me votaron 13.500 socios y voy a terminar mi mandato el 14 de diciembre del año que viene. Pero siempre preferí que me puteen a mi antes que a los jugadores”, refirió.
Sin embargo, las últimas horas de Bianchi como director técnico de Boca no tuvieron a Angelici tan convencido de la decisión que finalmente tomó cuando cayó la noche.
Es que sobre el mediodía el titular auriazul le solicitó a Bianchi una reunión en su casa de Avenida del Libertador 4.400, a la cual también invitó al secretario César Martucci.
En ese encuentro no se pusieron plazos para la continuidad de Bianchi e inclusive el técnico le aseguró a Télam que se sentía “tranquilo y con la cabeza puesta en el partido del domingo con Vélez”.
Después, durante la tarde, en el predio de Casa Amarilla el técnico, de buen semblante, dirigió el entrenamiento, mientras la barra del club merodeaba el lugar, intentando hablar con los jugadores.
Simultáneamente Angelici consultaba a sus pares y estos se mostraban, uno a uno, sorprendidos de que no le hubiera pedido la renuncia, algo que en la medianoche de la víspera tenía decidido y hoy entró en duda después de hablar con el “Virrey”.
Esto fue llevando a Angelici hacia un callejón sin salida, que desembocó, según allegados al titular boquense, en una última consulta a Mauricio Macri, quien terminó de convencerlo de que debía tomar una decisión, y esa no era otra que el despido del técnico.
Con esa premisa fue que Angelici decidió cortar entonces con un ciclo que, de haberse interrumpido en diciembre pasado por potestad de la directiva, según le asistía en el contrato, no le hubiera contado ni un peso de indemnización al club.
Pero como todo transcurre vertiginosamente, ya la dupla que maneja la reserva, Hugo Ibarra-Sergio Saturno, se hará cargo del entrenamiento de mañana a las 21.30.
Claro que mañana mismo también será elegido el nuevo técnico, de una lista que tiene como prinpalísimo candidato a Rodolfo Arruabarrena, seguido por un hombre del gusto de Macri como Gustavo Alfaro.
El tercero en la lista y que también fue sondeado, es Juan Antonio Pizzi, recientemente despedido de Valencia, de España. Y un cuarto, que surgió sorpresivamente en las últimas horas y tiene pasado en el club, pero ningún antecedente como entrenador, es Gabriel Batistuta.
Paradojas del destino, el domingo frente a Vélez, el club que lo lanzó al fútbol y al que le dio un título mundial después de su única Copa Libertadores, Bianchi iba a recibir una plaqueta en la Bombonera, por sus 350 partidos dirigiendo a Boca (llegó a los 352).
Y simultáneamente la gente de Vélez lo iba a reconocer porque ese día, 31 de agosto, se cumplirán 20 años de esa mencionada Libertadores conseguida ante San Pablo, aquel mítico equipo dirigido por Telé Santana, en el estadio Morumbí del club brasileño.
Y quizás el 27 de agosto se convierta, desde hoy, en el último día de la carrera como entrenador de Carlos Bianchi, ante Estudiantes, tras perder 3 a 1 en el estadio Ciudad de La Plata. Un final que no será digno de su brillantísima trayectoria.
Claro que en este último ciclo, las estadísticas dicen que Bianchi dirigió a Boca en 74 partidos, donde cosechó la misma cantidad de triunfos que derrotas (26), con 22 empates en el medio.
Y este fue el tercer despido que sufrió el “Virrey”, luego de los registrados en la Roma, de Italia, en la temporada 96-97, y Atlético de Madrid, de España, en la 2005-2006. Números que hoy ya no importan demasiado.