Leonel Martínez es de tez oscura, mide 1,83 centímetros, pesa 95 kilos y fue visto por última el viernes 6 de este mes a las 6.45 cuando su padre Roberto lo dejó en una obra en construcción de Ituzaingo al 1000.
El papá contó que tomó la determinación de resguardarlo en la obra por el recrudecimiento de los hostigamientos que su familia venía sufriendo desde hacía 7 meses por parte de un grupo de uniformados –en especial de uno apodado Pelado– de la comisaría 25ª, ubicada en Corrientes 567 de Villa Gobernador Gálvez, de donde es oriunda la familia.
“La denuncia por la desaparición forzada de Martín se hizo ayer en la Fiscalía Federal 1, a cargo de Santiago Marquevich. El fiscal tomó testimoniales y se determinaron una serie de medidas. Por el momento y en este punto de la investigación, es lo que podemos informar”, describieron los letrados que representan a la familia Martínez.
El 30 de mayo, la Policía allanó la vivienda de los Martínez sin orden judicial. Y se llevaron preso a Roberto Martínez, a sus hijos menores, y a su nieta de dos años. Este hecho fue denunciado por la Defensoría Pública.
Hace poco más de un mes, Leonel se peleó con el hijastro del policía de la 25ª, apodado El Pelado, quien fue trasladado un día después de la desaparición del chico.
El 3 de noviembre dos personas de civil se presentaron en la casa de de la familia Martínez, y le pidieron a la madre del chico que les diera copia del DNI y de la partida de nacimiento porque un Juzgado de Menores quería saber su edad. Como ellos ya habían ido al Juzgado no se lo dieron. Entonces le dijeron que al “gordito” lo iban a ir a buscar y que le iban a allanar la casa, siempre de acuerdo al relato familiar.
Un día después Roberto, Leonel y un compañero de trabajo estaban por subir al colectivo que los traería desde Villa Gobernador Gálvez a Rosario. Roberto aseguró que antes de que subieran pasó un patrullero en el cual iba el “Pelado”, y recuerda que Leonel le contó asustado que el policía le hizo el típico gesto intimidante de quien corta un cuello. Esta amenaza alarmó a Roberto, quien entonces decidió que su hijo durmiera en la obra en construcción donde trabajaba, a fines de resguardarlo. El 6 de noviembre, Roberto fue a buscar a su hijo a la obra, pero ya no estaba.
GENTILEZA EL CIUDADANOWEB