Con nuevo formato, llega la tercera temporada de “Mentira la verdad”

Con nuevo formato, llega la tercera temporada de “Mentira la verdad”

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El filósofo y docente Darío Sztajnszrajber encabeza desde este miércoles, a las 23, por la pantalla de canal Encuentro, la tercera temporada de “Mentira la verdad”, donde reflexiona sobre distintas problemáticas filosóficas de situaciones cotidianas y aboga “por una filosofía de la ambigüedad”.

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“Hoy nada es definitivo, nada tiene una identidad segura y es en la contaminación permanente y en el debilitamiento de las fronteras donde puede emanciparse algo de lo humano”.

“Por eso, este año el programa propone una deconstrucción permanente que pone en evidencia esas contradicciones, con un abordaje filosófico de los distintos temas”, expresa Sztajnszrajber.

“En esta temporada hay mucho de interrupción del sentido común y la elección de los temas tiene que ver con situaciones que me interpelan, que trabajo y que están relacionadas con la realidad en que vivimos”, aclara el filósofo.

En el tercer ciclo de “Mentira la verdad”, Sztajnszrajber sale del lugar de filósofo observador que cuestiona y reflexiona sobre diferentes situaciones cotidianas y se convierte él mismo en protagonista de una serie de conflictos relacionados con el saber.

La angustia, lo religioso, el otro, la naturaleza, el arte, el amor, lo femenino, el ser, la nada, la patria, la política, la ley y la filosofía, son los problemas filosóficos que se desarrollarán a lo largo de los 13 capítulos del ciclo, enmarcados en una única historia de ficción con una línea argumental con continuidad.

“Desde que nació ‘Mentira la verdad’ la idea siempre fue usar ejemplos de la vida cotidiana para explicar conceptos y la televisión nos da la posibilidad de que esos ejemplos sean realizados”, explica el filósofo.

“Siempre pienso -agrega- que el programa es como si estuviese dando una clase de filosofía pero teniendo a mi disposición actores y música y entonces pudiese, en esa totalidad, darle vida a esos ejemplos”.

“La sucesión de imágenes, los planos y la música componen una estética joven en un programa que ofrece una propuesta para todas las edades, ya que en lo personal apunto a un público universal”, manifiesta Sztajnszrajber.

-¿Qué motivó hacer un cambio de formato en esta nueva temporada?
-Es un formato radicalmente nuevo, con algunos elementos de continuidad. La idea fue reinventarnos, ya que el programa necesitaba mostrar, desde su forma, el movimiento. Esta filosofía a martillazos que hacemos, también puede traducirse en una televisión a martillazos, entonces como producto televisivo tenemos que poder mostrar otra cosa.

-¿Cuáles son las particularidades de esta nueva entrega?
-Sería imaginarnos una realidad según la cual, después del éxito de “Mentira la verdad” y del éxito de ‘Darío’, la filosofía se volvió una de las mercancías televisivas más importantes. Este año jugamos con la idea de pensar qué pasaría si la filosofía se volviese un éxito masivo, ¿acaso perdería su naturaleza crítica?, un interrogante propio de todas las contraculturas.

-¿Qué recursos utilizan en este nuevo planteo?
-Hay tres lugares de enunciación: uno es ‘Darío’ personaje, donde hay una situación concreta de ficción y donde también las problemáticas que se desarrollan. Hay un segundo lugar en el que estoy hablando a cámara, ofreciendo una explicación desde distintos autores filosóficos de lo que está pasando y hay un tercer lugar, en el que se utiliza el off como un pensamiento filosófico y que no tiene que ver con la ficción.

-¿Cómo se combinan estos elementos para llegar al espectador?
-Es la gran apuesta del programa, generar una docuficción donde se pueda utilizar a la filosofía como herramienta para la problematización de situaciones cotidianas, para acceder a una interrogación más radical de esas circunstancias.
Nosotros apuntamos siempre a mostrar cómo esos filósofos de la historia de la filosofía, que parecen exentos de una relación directa con lo que nos pasa en la cotidianidad, tienen mucho para decirnos.
Ese desarrollo teórico del autor lo podemos corporizar con la ficción y después cada uno puede utilizar ese ejemplo y llevarlo a lo que le pasa en su vida.

-También se muestra al espectador que, sin ser consciente de ello, utiliza la filosofía de manera cotidiana…
-Es así, la promoción de la divulgación de la filosofía comienza con poder ser conscientes que todos hacemos filosofía, aunque algunos nos dediquemos a la profesión, que implica una carrera, instituciones y ciertos códigos. En el ser humano está esa capacidad nata de preguntarse por el sentido de las búsquedas existenciales, sin tener consciencia de eso.

-¿Cuál es la importancia de la divulgación de los distintos saberes?
-En en estos últimos años hubo una recuperación de la divulgación, como una forma de expansión de la ciudadanía, de apropiación de estos saberes que siempre han sido sesgados.
Estos son tiempos de comprensión del rol de la divulgación, esto lo subrayo porque creo que hay tres maneras de hacer ciencia: investigación, docencia y divulgación. En la medida en que las tres áreas sean autónomas y dialoguen entre ellas está todo bien; en la medida en que se estén juzgando a sí mismas y compitiendo, está todo mal.
Este es un momento histórico, importante en materia de política educativa, no hay que olvidar que Encuentro es el canal del Ministerio de Educación, hay una decisión política puesta en darle lugar a la divulgación y entender que de esa manera se está socializando el saber.

-¿Están cuestionando esa creencia de que no se puede hacer algo popular con contenido?
-Esa discusión está presente todo el tiempo y en esta temporada jugamos con eso, en el sentido de planear una puesta en la que el éxito de ‘Darío’ haciendo filosofía como personaje de ficción lo llevó a hacer un nuevo programa que tiene más que ver con la filosofía de bailando por un caño que con la filosofía como producto cultural. El personaje se debate interiormente si al hacerse masiva, la filosofía se banaliza o se hace accesible a un público que, sino, no llegaría.
La propuesta cuestiona al sistema, pero no solo desde su mercantilización económico-política, sino también desde la mercantilización de las instituciones vinculares, por ejemplo, en el capítulo sobre el amor, deconstruimos la monogamia y el matrimonio, porque ahí vemos también la mercantilización lógica del cálculo.
El espectador se va a encontrar con esa dualidad. Esto es muy representativo de dos televisiones que hoy están todo el tiempo combatiendo entre sí.

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